Nos queda claro: no basta con ser bueno para permanecer en MasterChef. Diez programas luchando por un sueño y los aspirantes del concurso observan con asombro (y muchas lágrimas) la última expulsión. Esta semana hemos tenido doble ración del talent culinario, lo que se traduce en dos aspirantes menos en la carrera por el puesto en la final.
El programa de esta noche de jueves arrancó con una prueba en la que cada aspirante tuvo que hacer la compra a un compañero, escogiendo los ingredientes a su antojo. Ni que decir tiene que recuerdos de jugarretas pasadas han aflorado y la venganza se ha podido respirar en el ambiente. Sobre todo entre los hombres, que han sacado su lado más malévolo y creativo a pasear.
Cestas envenenadas y cocinados para olvidar
A su llegada a las cocinas, los aspirantes encontraron las ya famosísimas "cajas misteriosas" bajo las cuales se escondían muñecos que representaban a cada uno de ellos. El reto consistía en hacer la compra al compañero que le tocaba a cada aspirante. Uno por uno fueron entrando en el supermercado y metiendo en su cesta 12 ingredientes (mínimo) que tenían que integrar obligatoriamente en los cocinados.
A los aspirantes se unió el chef Jesús Sánchez (dos estrellas Michelin por su restaurante Cenador de Amós en Cantabria), quien aconsejó a cada uno de ellos y cocinó igualmente con una cesta de la compra escogida por Pepe Rodríguez.
Las cestas (envenenadas) complicaron el cocinado sobre manera, pero esto no fue lo único que provocó la tensión en el plató. El delantal dorado o, mejor dicho, la inmunidad, estaba en juego. Fue Ketty quien se alzó con la victoria, pese a presentar su plato entre lágrimas, y con ella vino el marrón de formar los dos equipos para la prueba de exteriores y la capitanía del propio. También repartió los platos.
Una prueba de exteriores con mucho sabor
Los aspirantes viajaron al puerto de Santoña donde conocieron la anchoa del Cantábrico y el trabajo artesanal de las conserveras. Cocinaron para 50 personas del sector en un reto que podríamos calificar de "un tanto caótico". Los platos (unos más que otros) salieron tarde, mal y escasos en cantidades. Por ello los miembros del jurado decidieron no elegir a un equipo para la prueba de eliminación y valoraron a cada uno de los concursantes de manera individual.
El resultado de las valoraciones terminó con Keyy, Oaxana, Tony y Víctor en la prueba de eliminación.
Prueba de eliminación con foodpairing incluido y la visita de Andoni Lius Adúriz
El delantal negro recayó sobre Oxana, Tony y Víctor, quienes cocinaron junto con Ketty, a pesar de no poder ser eliminada. En la prueba de eliminación se enfrentaron a un reto complicado, el food pairing, que se basa en el principio de que los ingredientes combinan bien entre sí cuando comparten partículas aromáticas. El chef Andoni Luis Aduriz (dos estrellas Michelin por su restaurante Mugariz en el País Vasco) participó en el programa para enseñarles su aplicación en la cocina.
Nuevamente Katty contó con una pequeña ventaja, acortando el tiempo de cocinado de dos de sus compañeros, Oaxana y Víctor, que contaron con menos que el resto. A Oaxana le tocó cocinar pollo, a Toni sepia, a Víctor aceitunas negras y a Ketty ostras. A través del food pairing tuvieron que cocinar mezclando sabores impensables y consiguiendo platos sorprendentes y agradables al paladar.
La "fantasía de ostra tropical" y la "sepia pairing" llevaron a Ketty y Tony de vuelta al blacón y el debate sobre la última expulsión quedó entre el pollo asado con salsa de chocolate de Oxana y las aceitunas, almejas y queso de Víctor. Este último no supo plasmar de forma correcta el food pairing y terminó siendo expulsado (para profundo asombro y tristeza de algún que otro concursante).
A pesar del aprobado estético y técnico que le concedieron al plato, la valoración de su plato fue clara y unánime. Y es que, como dijo Samantha, "Víctor, eres el cocinero de la estética, pero te falta ser el cocinero del gusto". No basta con tener más nivel que el resto para permanecer en MasterChef, pero al menos a Víctor le ha ido bien.
En pleno momento lacrimógeno Cruz le tendio una mano a Víctor: "Eres una persona seria, curranta y se te nota. Y te lo tomas en serio. Has dicho que la cocina es tu vida. Si eso es cierto, en mi casa no te faltará trabajo".Y así ha sido. Nada más acabar el programa Cruz compartía esta imagen en Twitter.
A veces ganar el concurso no lo es todo.
En Directo al Paladar | Sale de MasterChef el aspirante más odiado por sus compañeros (y le va a quitar gracia al programa)
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