Hay una serie de normas básicas que garantizan la seguridad de los alimentos que preparamos en la cocina y que son muy recomendables.
La primera norma sería la limpieza, lavarnos las manos antes de empezar a preparar los alimentos y después de manipular los alimentos crudos. Limpiar las superficies y utensilios de cocina antes de que los utilicemos y sobre todo, después de manipular cualquier tipo de alimento crudo.
Con las frutas y hortalizas debemos prestar especial atención, ya que muchas de ellas se comen crudas. El por qué es bien sencillo, a través de las manos o de los utensilios, podemos dispersar bacterias peligrosas que se encuentran en todo tipo de lugares y que algunas pueden ocasionar enfermedades de transmisión alimentaria.
La segunda sería separar los alimentos crudos de los cocinados, ya que los alimentos crudos pueden contener bacterias que contaminen los alimentos cocinados. Incluso se aconseja que cuando los introduzcas en la nevera, los conserves en envases separados y cerrados para así minimizar el riesgo de una posible contaminación bacteriana. A la hora de cocer los alimentos, hay que hacerlo lo suficiente, en especial con carnes, huevos y pescado, un ejemplo lo tenemos con la tortilla, esta debe ser cocinada a una temperatura superior a 75 grados centígrados para que cuaje bien. Esto es importante, ya que con la temperatura adecuada, las bacterias no sobrevivirán. Si recalientas alguna comida, debes asegurarte de hacerlo bien, es más, es mejor dejarla enfriar si la temperatura que ha alcanzado no la soporta tu paladar, pero así las posibles bacterias que se hubieran desarrollado sobre el alimento serían definitivamente suprimidas, esta sería la tercera norma.
El frío es la cuarta norma, preparara la comida con la mínima antelación posible para su posterior consumo y en caso de que no sea posible, conservarla en la nevera, ya que algunas bacterias se multiplican velozmente a una temperatura ambiente y estando la comida en la nevera, por debajo de los 5º C, el crecimiento de las bacterias se retrasa e incluso de detiene.
Estas mínimas normas, previenen infecciones tóxicas alimentarias como por ejemplo la salmonela, las diarreas, etc. Podríamos resumir las normas en limpiar, separar, cocer y enfriar. Sin duda si las aplicamos, disfrutaremos plenamente de la comida.
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