Que el café y el té son de las bebidas más populares alrededor del mundo es algo que tiene mucho que ver no sólo con su agradable sabor, sino con su habilidad para mantenernos despiertos, alerta y concentrados. Pero ¿por qué la cafeína nos mantiene despiertos y concentrados? ¿qué es lo que ocurre en nuestro cerebro cuando tomamos té, café o cualquier otra bebida que contenga cafeína?
Luchando contra la Adenosina
Nuestro organismo utiliza un compuesto químico llamado adenosina para regular nuestro ciclo diario. A medida que el tiempo pasa y el día avanza, la adenosina se va acumulando en nuestro cerebro, lo que hace que vayamos sintiéndonos más cansados. Al dormir, nos "liberamos" de ella, y así día tras día.
Curiosamente, la cafeína tiene una estructura molecular muy similar a la adenosina. De esta manera, cuando nos bebemos un café y la cafeína llega a nuestro cerebro, bloquea los receptores de adenosina, evitando que ésta se vaya acumulando, y por tanto posponiendo esa sensación de cansancio.
Hasta aquí todo genial. Lo que ocurre es que ante la ingesta prolongada de bebidas con cafeína, nuestro cerebro responde creando más receptores de adenosina. Esto explica que cada vez necesitemos más cafés para no dormirnos en la oficina a media tarde, o que si alguna vez queremos dejarlo o nos saltamos el café, nos sintamos más cansados de lo habitual, ya que ahora la adenosina tiene más receptores en los que acumularse.
Una de adrenalina y otra de dopamina, por favor
Bloquear los receptores de adenosina no es lo único que hace la cafeína en nuestro organismo, ya que también estimula la secreción de adrenalina, que aumenta el ritmo cardiaco, la tensión e incluso abre nuestras vías respiratorias.
La cafeína también afecta a los niveles de dopamina, evitando su reabsorción en el cerebro, y eso nos hace felices, literalmente. No obstante, al mismo tiempo, es este aumento de la dopamina lo que hace que la cafeína sea moderadamente adictiva. De hecho, sus efectos en general son similares a los de la cocaína, solo que en un grado significativamente menor.
Pero, ¿se puede beber demasiada cafeína?
Como todo en esta vida, lo poco gusta y lo mucho cansa, y si se puede beber demasiada agua, también existe una dosis letal de cafeína, aproximadamente unos 150mg por kilogramo de peso de quien la ingiere. Teniendo en cuenta que una taza de café contiene más o menos 150mg de cafeína, tendríamos que bebernos nuestro peso en tazas de café para llegar a esa cantidad.
Una persona media que pese 70Kg, tendría que beberse 70 tazas de café para intoxicarse, lo cual es técnicamente imposible, ya que no cabe tanto líquido en nuestro estómago. Con bebidas como el té o los refrescos con cafeína sería más complicado aún, pero si tenéis curiosidad, aquí podéis calcular la cantidad exacta de cafeína que os mataría.
Además, tendría que bebérselas todas de golpe, ya que la cafeína tiene una vida media de unas tres horas, lo que hace que la concentración en nuestro cuerpo se reduzca a la mitad pasado ese tiempo, y a una cuarta parte a las seis horas. Eso explica por qué necesitamos un segundo café a mitad de la jornada laboral.
Pero que no podamos morir por beber demasiado café no quiere decir que beber demasiada cafeína no sea malo, ya hemos visto que afecta a nuestro corazón y a nuestra tensión arterial, que es adictiva y que una ingesta prolongada hace que resulte menos efectiva, obligando a aumentar la dosis, así que un consumo moderado es lo más recomendable.
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