¿Qué es el crumble y cómo conseguir que nos quede perfecto?

Los crumble son elaboraciones dulces de origen anglosajón que se han abierto paso en las cartas de postres de muchos restaurantes y cafés españoles en los últimos años. No es de extrañar, pues son una auténtica delicia y quienes los prueban caen rendidos sin piedad a sus encantos y repiten.

El crumble no requiere de aparatos extraños, ni de técnicas específicas, ni de ingredientes exóticos. Es un dulce fácil de elaborar y al alcance de todos que tiene cada vez más adeptos. Si no los habéis probado todavía o si lo habéis hecho pero os interesa mejorar, estos son nuestros consejos para conseguir que el crumble os quede perfecto.

¿Qué es el crumble?

Antes de meternos en faena, veamos qué es el crumble. Como acabamos de mencionar, el crumble es una elaboración dulce de origen anglosajón, formado por una capa de fruta fresca cubierta por una mezcla de harina, azúcar y mantequilla, que se cuece en el horno. El calor reblandece la fruta y endurece la cubierta o crumble, que no es más (ni menos) que una masa de galleta en migas.

En el Reino Unido, el crumble está asociado a las estaciones de otoño e invierno, a días fríos, lluviosos y desapacibles. Como más se disfruta es recién hecho, caliente o templado, lo que no quita para que muchos lo prefieran frío. La cocina reconfortante o comfort food encuentra en el crumble uno de sus máximos exponentes, ya sea por si solo o acompañado de una bola de helado de vainilla o regado con un chorrito de crema inglesa.

¿Cómo hacer el crumble perfecto?

Hay muchas maneras de personalizar la receta básica de crumble y, como dice el refrán, cada maestrillo tiene su librillo. El resultado de cada una de ellas será distinto, todos igualmente buenos, pero si lo que buscamos es cómo hacer el crumble perfecto, entonces es conveniente tomar nota de los siguientes trucos y consejos antes de ponerse manos a la obra.

1. Condimentar y aromatizar la fruta

Podemos enriquecer la fruta añadiendo especias y licores, como anís estrellado, canela, vino dulce, brandy o amaretto. También le va muy bien unas cucharadas de mermelada de albaricoque y un poco de zumo de naranja. Con cualquiera de estas dos sugerencias el sabor de la fruta se verá potenciado y engrandecido y podremos recortar la cantidad de azúcar a utilizar en la cubierta o crumble.

2. Utilizar un poco de harina de maíz

Agregar un poco de harina de maíz (maizena) a la fruta troceada cuando esta contiene mucho agua (tal es el caso de la pera)** evita que la cubierta o crumble se empape del jugo de la fruta y quede blanda** en lugar de crujiente.

3. Adaptar los ingredientes del crumble o cubierta según la fruta

Elegir la combinación adecuada de ingredientes para la cubierta en función de la fruta con la elaboremos el crumble. La manzana es una fruta muy dulce de por sí, por lo que la cantidad de azúcar del crumble no necesita ser elevada. Sin embargo, un crumble elaborado con frutas ácidas como las moras o las ciruelas requiere de una cubierta más dulce que equilibre sabores.

4. Enriquecer la cubierta o crumble

Si incorporamos, con moderación, copos de avena, galletas desmenuzadas (las amaretti son perfectas) o frutos secos picados o molidos (como almendra o castaña) a la mezcla de la cubierta o crumble, esta ganará mucho en sabor y textura.

5. Pre-cocer la cubierta o crumble

Conseguir una cubierta crujiente y seca es esencial en el crumble. Para evitar que quede blanda el truco es pre-cocer parcialmente la mezcla del crumble en el horno, esparcirla después sobre la fruta y hornear el conjunto. Con esto también se consigue que la fruta quede más entera y se aprecie su textura original.

6. Jugar con los tipos de azúcar

Hay muchos tipos de azúcar en el mercado, así que podemos jugar con ellos para conseguir interesantes texturas y sabores. Por ejemplo, sustituir parte del azúcar de la cubierta o crumble por azúcar demerara o, de no encontrarlo, por azúcar moreno da como resultado un crumble más crujiente y ligeramente caramelizado.

7. La mantequilla: siempre al final

A la hora de mezclar los ingredientes del crumble, añadir siempre la mantequilla al final, en dados y bien fría. Usar las puntas de los dedos para incorporarla a los ingredientes secos y trabajar con rapidez para no sobre calentar la mezcla y conseguir esa textura de migas que lo caracteriza (tal y como haríamos si preparáramos una masa quebrada casera).

8. Equilibrio entre la fruta y el crumble

Puede parecer una obviedad, pero es un error común que estropea muchos crumble. Por eso es importante asegurarse de ajustar bien la cantidad de cubierta o crumble con respecto a la cantidad de fruta para que quede equilibrado. Los crumble descompensadosq ue muestran una cantidad ridícula de crumble sobre una montaña de fruta, o viceversa, son algo muy triste.

9. Arreglar la masa de crumble es fácil

Si nos hemos emocionado durante el proceso de mezcla de los ingredientes del crumble y este nos ha quedado más parecido a una masa de masa de galletas que a unas migas, arreglarlo es sencillo. Envolvemos la masa en papel transparente y lo dejamos endurecer en la nevera durante una hora. Después la rallamos sobre la fruta con un rallador grueso y listo.

Recetas de crumble en Directo al Paladar

Visto qué es el crumble y cómo conseguir que nos quede perfecto, sólo nos queda completar nuestra entrada con un mini-recopilatorio de las recetas de crumble publicadas en Directo al Paladar hasta la fecha.

Esperamos que os animéis a preparar alguno en vuestras casas y que nos contéis vuestras experiencias con el crumble, así como vuestros trucos, ideas, etc, a través de los comentarios.

Imágenes | Lori L. Stateri, Jenn Vargas y Alan Levine en Flickr y Wikimedia Commons
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