Según el I Estudio sobre los hábitos de consumo de café en España el 87% de la población de entre 18 y los 64 años consume café y un 70% lo hace a diario. Entre estos, además, la media de consumo es de 2,2 tazas al día. No es de extrañar por tanto que el volumen total de café que se consume al año sea inmenso: unas 78.000 toneladas.
Como todo el mundo que no usa cápsulas sabe, tras realizar la infusión del café el grano molido permanece con el mismo volumen. Y, por lo general, va directamente a la basura. Pero ¿acaso ha dejado de ser café? Si bien la molienda no es apta para hacer una taza más en las condiciones óptimas, sigue reteniendo buena parte de su sabor y sus propiedades. Y en todo el mundo han surgido empresas que tratan de reutilizar los restos del café (que la mayoría de cafeterías regalan, pues si no irían a la basura) para transformarlos en cosas útiles.
Usos comerciales
En Londres, la empresa Bio-bean elabora biocombustibles y bioquímicos a partir de los posos. Su producto estrella es el Coffee Log (literalmente “leño de café”), que no es otra cosa que un tronco realizado con este material. Sus creadores aseguran que funciona como un sustituto perfecto del carbón y arde por más tiempo y genera más temperatura que la madera. La compañía recoge los restos del café de empresas de todo el Reino Unido y los mezcla con serrín para hacer los troncos, que pueden usarse como combustible en estufas o, claro está, para hacer una barbacoa.
Otra compañía británica, GENeco, mezcla los posos con otros residuos de alimentos y los somete a un proceso que se conoce como digestión anaeróbica, una descomposición sin oxígeno que dura entre 24 y 28 días, lo que crea un biogás rico en metano con una composición similar al gas natural.
Los posos del café son también un abono perfecto. Desde 2011, se cultivan 33 hectáreas de arroz en el Delta del Ebro fertilizado con el café que se recicla de las cápsulas Nespresso. Y en las ciudades donde se separa la materia orgánica (algo que ya ocurre, por ejemplo, en algunos barrios de Madrid) los posos se utilizan junto al resto de residuos para realizar compost. Una empresa murciana utiliza los restos, incluso, para elaborar unos kits de autocultivo de setas.
También puedes aprovecharlos en casa
Aunque los posos del café se pueden aprovechar para crear numerosos productos, también pueden ser utilizados de forma casera para diversas aplicaciones la mar de útiles. Y no, una de ellas no es desatascar tuberías, una costumbre tan extendida como contraproducente: si la tubería ya está ligeramente atascada los posos de café se adherirán a la suciedad y generan a la larga un atasco mayor y mucho moho.
Estos son los usos más sencillos para aprovechar los restos del café:
1. Realizar marinadas
Si bien reutilizar los posos del café para hacer un nuevo café hace que este quede aguado, su sabor sigue bien presente para otros usos culinarios, como puede ser la realización de marinadas, que funcionan especialmente bien con la carne. Basta mezclar los posos con pimienta negra, azúcar y sal, embadurnar la pieza de carne con aceite y cubrir esta con la marinada, dejando que repose en nevera unas horas.
2. Repelente de insectos
Los mosquitos odian el olor del café y basta mezclar los restos en agua para ahuyentarlos. También puedes quemar café en latas o papel de aluminio para crear olores desagradables para los insectos. Si te atacan hormigas, caracoles o babosas puedes colocar los posos de café en los accesos a la casa para que se mantengan alejados de esta.
3. Crema exfoliante
Numerosas empresas fabrican cremas exfoliantes a partir de los posos del café, pero es algo que puedes hacer en casa. Basta con mezclar los restos con aceite de oliva, azúcar y sal y cualquier aceite esencial que quieras utilizar.
4. Fertilizante casero
Por supuesto, los posos se pueden utilizar para elaborar un excelente fertilizante casero, perfecto, a nivel familiar, para un huerto urbano. Los restos del café contienen nitrógeno, que es un nutriente esencial para el crecimiento de las plantas, así como potasio, fósforo y otros micronutrientes, pero no hay que echarlo a lo loco. Basta con espolvorear un poco sobre el suelo o, mejor, incluirlo en el compost. Hay, además, cultivos que se benefician especialmente del café, como son las zanahorias.
Dada su utilidad como repelente de insectos, también es eficaz para el control de plagas. Es especialmente útil para ahuyentar las babosas.
5. Desodorante para calzado
Los zapatos huelen mal porque las bacterias prosperan en ambientes cálidos y húmedos. El café ayuda a deshidratar el área y absorber los olores. Simplemente coloca los posos en el calzado –preferiblemente en un filtro, para no mancharlo– y deja que actúen durante 24 horas. Después retira el café y ventila los zapatos.
6. Absorbeolores de la nevera
El café se puede usar de forma similar al bicarbonato de sodio para absorber olores del frigorífico. Solo necesitas llenar un recipiente con el café usado –vale cualquier tupper– y dejarlo abierto en el frigorífico durante unas semanas. Esto es especialmente útil si te has olvidado algún cadáver alimenticio no identificado y necesitas que tu nevera deje de oler a rayos.
7. Jabón de manos
La utilidad como desodorante del café también sirve para quitarnos el olor a cebollas o ajos que se queda en las manos después de picar estos. Simplemente coloca los restos del café en un recipiente al lado del fregadero y frótate con ellos las manos antes de lavártelas con jabón. Los posos del café también sirven, de hecho, para añadirlos en la elaboración de jabón casero.
8. Pintura para niños
Los restos del café se pueden mezclar en agua para hacer una suerte de acuarela; obviamente, de color café. Cuanto más dejes la molienda en el agua, más oscura será la pintura.
Imágenes | Pixabay
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