Si el otro día os mostraba los tipos de masa que podemos utilizar para hacer la base de bizcocho de los cupcakes, hoy os quiero hablar de la otra parte tan importante como la masa, y que le da esa vistosidad que caracteriza a los cupcakes, las coberturas. Os enseñaremos lo que debéis hacer para elaborarlas y que vuestros invitados se chupen los dedos.
Os enumero las distintas opciones que tenemos para decorar estos pastelitos. Unas son más dulces, otras menos, más rápidas, sencillas o un poco más elaboradas. Seguro que entre todas encontráis más de una que os guste y se ajuste a vuestro tiempo.
Buttercream
Esta es la cobertura más conocida y más utilizada. Tal como su nombre indica es una crema de mantequilla a la que se agrega azúcar glacé para dar consistencia, y pasta de sabores, para dar aroma y color. Normalmente se agrega el doble de azúcar que de mantequilla, aunque para muchos estos es una cantidad excesiva, por lo que se puede ajustar a los gustos personales.
Una variante de este tipo de cobertura es el swiss meringue buttercream que agrega a la mezcla un merengue suizo lo que da un acabado brillante y suave, más rico que el de la cobertura normal de mantequilla. Éste se hace partiendo de un almíbar ligero hecho con agua y azúcar que se vierte poco a poco sobre clara de huevo mientras montamos el conjunto.
Una vez montado el merengue lo mezclamos con la mantequilla en punto pomada, aspecto importante, y seguimos batiendo hasta que tengamos una crema suave que mantenga la forma.
Las opciones que nos ofrecen ambos tipos son ilimitadas y podemos elaborar con estas bases diferentes sabores, como de chocolate, si agregamos cacao en polvo, vainilla con semillas, pasta o esencias, caramelo haciendo un almíbar ligero de azúcar y agua…
Cobertura de queso cremoso
Esta cobertura se hace con una base de queso cremoso, tipo mascarpone o similar, lo que hace que sea mucho más ligera ya que reduce la cantidad de mantequilla para conseguir una buena consistencia. Particularmente me gusta mucho con una base de bizcocho de zanahoria o red velvet. Eso sí, cuidado con las decoraciones que hacemos ya que no se mantienen tanto tiempo ni de la misma forma que haciéndolas con mantequilla.
Debe guardarse refrigerada, así que una vez que la tengamos lista, debemos preservar nuestros cupcakes dentro de la nevera. Para elaborarla, igual que la anterior, debemos batir el queso a temperatura ambiente, con la mantequilla y el azúcar en polvo, hasta conseguir una crema untuosa y de textura fina.
De fondant
Encontramos dos tipos de fondant el líquido y el sólido, para estirar y modelar. El fondant líquido es menos frecuente aunque podemos hacerlo en casa mezclando agua, azúcar y glucosa hasta formar una crema suave y brillante que sirve como cobertura clásica o relleno.
El sólido tiene una base diferente de agua, azúcar, gelatina, glicerina y glucosa que llevados a alta temperatura hacen que el azúcar se sature, cristalizando y formando una masa de pasta suave y flexible, de textura similar a la plastilina infantil, ideal para modelar.
La forma de trabajarlo en sencilla, aunque eso sí, hay que tener un poco de gracia para hacer los adornos. Con ayuda de un rodillo y espolvoreando azúcar glas para evitar que se pegue lo estiramos fino, cortamos porciones del tamaño de nuestro cupcake y lo adherimos ayudándonos de mermelada, dulce de leche o crema de cacao.
Si lo que nos apetece es simplemente hacer un pequeño adorno como flores, motivos de animales, infantiles…Existen múltiples herramientas disponibles en el mercado que nos facilitan mucho esta tarea si no somos muy mañosos con el modelado a mano.
Tened en cuenta también que esta cobertura resulta algo pesada o empalagosa para algunas personas por su textura, así que la base de bizcocho debe ser muy jugosa o incluso rellena para contrarrestar este punto.
Otras coberturas
Menos conocidas, aunque poco a poco se hacen un hueco, tenemos las coberturas veganas. Para hacer estos glaseados debemos utilizar ingredientes especiales como grasas vegetales, azúcar de caña integral, leche de soja o frutas para adaptar las recetas. Hoy en día encontramos este tipo de ingredientes en muchas tiendas, e incluso supermercados, sólo hay que fijarse en las etiquetas.
Otra de estas coberturas es el frosting de glasa real. Se hace muy rápido y su base se compone principalmente de claras de huevo batidas con azúcar glas o en polvo. Se puede incluso añadir un poco de jarabe de maíz, que encontramos en tiendas especializadas, para dar brillo y suavidad a la glasa.
Debemos trabajarla con ligereza para evitar que se endurezca, y lo más aconsejable es que usemos claras pasteurizadas para evitar problemas de intoxicaciones alimenticias dado que no podemos refrigerar esta cobertura.
Estos son los principales tipos de coberturas que existen para los cupcakes y lo que debéis saber sobre ellas. Pero por supuesto la imaginación es libre y simplemente con un poco de azúcar glacé o polvo o unos adornos de virutas o chocolate, bastan para que podamos disfrutar de nuestros cupcakes.
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