Siguiendo nuestro Curso de Cocina con Thermomix, pasamos al capítulo dedicado a una de las materias primas más humildes y a la vez más versátiles en la cocina, los huevos. Junto con leche y quesos son la base de una buena alimentación, siendo muy ricos en proteínas de alto valor biológico. Las modas han ido introduciendo huevos de diferentes aves, aparte de la gallina, como los de codorniz, fáciles de encontrar en cualquier supermercado y que tienen un uso más bien decorativo.
Las nuevas investigaciones sobre salud y nutrición hacen que se recomiende un consumo moderado de huevos, sobre todo de la yema, que es la parte más rica en colesterol. Sin embargo, nuevos productos como los huevos enriquecidos en ácidos grasos omega-3 parecen solventar este inconveniente nutricional.
Las características de nuestra Thermomix hacen que no podamos freírlos, pero es perfecta para elaborar revueltos, aprovechando la cocción al baño María que nos proporciona. Para ello pondremos los huevos con un poco de sal y unos dados de mantequilla en el vaso con la mariposa. A continuación batimos a velocidad 2, programando una temperatura de 80-90º, siempre inferior a 100º. Dejamos cocer a baja temperatura hasta que la mezcla quede cremosa. De vez en cuando podemos parar la máquina y remover con la espátula, para que cuaje por igual.
Si queremos podemos añadir ya casi al final de la cocción unos espárragos escaldados y picados finamente, o algunas hierbas frescas, como perejil o estragón picados. Para servir podemos añadir unos costrones de pan frito.
Otra forma de cocinarlos es cocidos. Para ellos podemos poner unos tres o cuatro huevos en el cestillo, introducirlo en el vaso, añadir agua hasta que cubra los huevos y calentar hasta que alcance los 100º. Una vez haya llegado a 100º, debemos programar 10 minutos a 100º, velocidad 2-3, si queremos huevos duros, o tiempos inferiores para otras preparaciones. Por ejemplo, para hacer huevos pasados por agua, serán suficientes 3-4 minutos a 100º.
Si queremos se pueden introducir en el vaso una vez el agua haya empezado a hervir, pero corremos el riesgo de que se resquebraje la cáscara. Una vez alcanzado el punto deseado es mejor apartarlos y sumergirlos en agua fría para detener la cocción.
Otra forma original de cocción de huevos es la cocción lenta en cazoletas pequeñas de cerámica, tipo ramequines o flaneras. Se pone un huevo en cascado en cada recipiente, se añade un poco de nata ligera muy caliente y una nuez de mantequilla. Tapa con papel de aluminio y cuece dos o tres cada vez en el recipiente Varoma, unos 5-7 minutos, o hasta que se cuajen, emulando al baño María. Puedes añadir hierbas y queso rallado, o sustituir la nata por mantequilla o un poco de caldo de carne. Espero que estos consejos os sean de utilidad.
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