Hoy os vamos a enseñar a hacer merengue francés, el más fácil y rápido de los tres tipos que existen en repostería. De los otros dos, el suizo y el italiano, ya os hemos hablado anteriormente. Cada uno de ellos se utiliza una técnica distinta, aunque los ingredientes base son los mismos: clara de huevo y azúcar.
Al merengue francés también se le conoce como básico, por lo sencillo y descomplicado que es de preparar. Se consigue batiendo una mezcla de clara de huevo y azúcar, incorporando aire durante el proceso hasta obtener una masa firme, cremosa y consistente, deliciosa y adictiva, lista para usar en nuestros postres y dulces, como la tarta pavlova o los macarons.
El merengue, sea del tipo que sea, es una preparación ideal para aprovechar (o no) las claras sobrantes de otras elaboraciones de pastelería. Se usa tanto rellenar y decorar tartas y pasteles, como para cocer por sí solo al horno, en forma de pequeños bocados o como base de tartas y tartaletas.
Trucos y consejos para obtener un merengue francés perfecto
A la hora de elaborar merengue francés (o de cualquier otro tipo) es necesario usar claras obtenidas de huevos frescos. Las que venden en las tiendas de alimentación, en botes o tetrabrick, no sirven para este propósito. Así que toca separar las claras de las yemas de cuatro huevos, asegurando que no caen restos de yema en las claras.
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Las claras montan mejor si:
- son claras de huevos viejos,
- han sido congeladas (y descongeladas) previamente,
- y se encuentran a temperatura ambiente.
Para que las claras compacten mejor podemos añadir:
- una pizca de sal,
- unas gotas de zumo de limón o vinagre,
- o cremor tártaro.
Nosotros solemos usar sal fina, ingrediente que siempre tenemos a mano, y nos da buenos resultados. Si, una vez listo, vamos a cocer el merengue y queremos asegurar que va a quedar bien firme, podemos añadir harina de maíz refinada junto con el azúcar.
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Para montar las claras usamos un recipiente hondo y amplio, bien limpio y seco. Añadimos una pizca de sal antes de empezar a batir. El proceso se puede hacer a mano, pero es largo y cansado. Recomendamos usar unas varillas eléctricas o un robot de cocina.
Receta de merengue francés
En un recipiente hondo (limpio y seco) batimos las claras y la sal a velocidad media. Cuando la mezcla empiece a tomar cuerpo y a espumar, sin dejar de batir en ningún momento, agregamos el azúcar poco a poco.
Una vez incorporado todo el azúcar seguimos batiendo hasta que los granos se hayan disuelto en las claras y la mezcla esté tan firme que, al voltear el recipiente, ésta se mantiene pegada a la base.
Para obtener un merengue en condiciones es necesario tener paciencia. Es una elaboración lenta, pero resulta muy gratificante observar cómo va cambiando la textura dentro del recipiente hasta volverse consistente y brillante.
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Los contras del merengue francés
Si lo vamos a usar en el momento, este tipo de merengue es la mejor opción de entre los tres existentes. Si no es el caso y/o necesitamos que el merengue se mantenga firme e inalterado, lo mejor es decantarse por el suizo o el italiano. Con el tiempo el merengue francés pierde volumen y suda, es decir, suelta agua. Esto puede estropear el pastel o tarta en que lo hayamos usado.
A esto hay que sumarle que su preparación no conlleva ningún tipo de cocción que nos proteja de una posible salmonella y puede suponer un riesgo para la salud. Si el merengue francés se seque en el horno, como es el caso de la tarta Pavlova o los merenguitos, este peligro desaparece.
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