Si has hecho espaguetis para un regimiento, no sufras: con estas recetas cobrarán una nueva vida
La pasta es una de esas comidas comodín que preparamos todas las semanas y en las que es muy fácil pasarse de cantidades. Pero, no te preocupes, a partir de hoy vas a hacer siempre espaguetis de más para que sobre: estas recetas harán que cobren una nueva vida.
La pasta, en cualquiera de sus formas, es uno de los platos que peor se conservan en el táper. No hay nada más triste que una pasta recalentada en microondas. Además, no deberíamos consumir la pasta pasado más de un día de estar hecha, aunque la hayamos tenido en la nevera: junto con el arroz, es uno de los platos más peligrosos en materia de seguridad alimentaria.
Pero, no os preocupéis. Si os sobra pasta, con la salsa que sea, hoy os vamos a dar tres recetas geniales para aprovecharla que, en ocasiones, están mejor que la propia pasta.
1. Pasta ripassata
Literalmente, pasta repasada, esta es la forma más fácil de aprovechar la pasta y solo necesitamos un ingrediente adicional: aceite.
La idea es, sencillamente, freír la pasta en la sartén, para regenerarla, pero aportando texturas crujientes y caramelización, algo mucho más rico que calentar la pasta en el microondas.
Lo único que tenemos que hacer es echar un poco de aceite de oliva en una sartén grande, echar la pasta, y dejar que se fría por varias partes. Va en función de gustos si nos gusta más o menos crujiente. Debemos tener cuidado con que no se queme, pero en Italia se suele dejar un poco de socarrat, como hacemos aquí con el arroz.
2. Frittata de pasta
La frittata de pasta es la forma más popular de aprovechar las sobras de pasta en Italia. Es lo que podríamos llamar una tortilla de pasta que parte de la misma elaboración que la pasta ripassata, pero añadiendo huevo.
Como en la anterior receta, es importante partir de pasta fría de la nevera, porque si no no lograremos la textura más adecuada: la pasta tiene que calentarse durante la elaboración. Una vez tengamos nuestra pasta ripassata lo que vamos a hacer es mezclarla, en un recipiente aparte, con huevo batido. ¿Cuántos? Depende de lo que nos sobre de pasta, pero similar a la proporción que usaríamos en una tortilla de patata.
Una vez lista la mezcla, hacemos la tortilla en una sartén limpia, con un poco de aceite, como si de una tortilla de patata se tratara, dándole la vuelta pasado minuto y poco, según nos guste más o menos cuajada.
3. Buñuelos de pasta
Por último vamos con la receta más complicada, pero para mí, la mejor. Esta creo que no es italiana. Yo la aprendí de mi suegra, francesa, que cocinaba fatal la pasta, así que todo el mundo comía poco para que hiciera estos buñuelos, que era lo que realmente interesaba. Creemos que fueron, de hecho, un invento suyo.
Al igual que en las otras dos recetas, para hacer estos buñuelos de sobras de pasta partimos de una pasta fría de la nevera que vamos a mezclar con medio vaso de leche, uno y medio de harina y la yema de un huevo. Mezclamos todo bien hasta que no haya grumos y reservamos. La clara del huevo, que hemos reservado aparte, la vamos a batir al punto de nieve y la incorporamos a la mezcla con suavidad, para que no pierda aire.
Vamos ahora a freír los buñuelos en aceite vegetal bien caliente (puede ser girasol u orujo de oliva) con la mano o con ayuda de dos cucharas y los vamos sacando sobre papel absorbente. En mi familia política toman estos buñuelos acompañados siempre de kétchup y os aseguro que es un placer culpable muy serio.
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