El picoteo es al fin de semana lo que las bicicletas al verano. Irremediablemente unidos, llega el sábado (o el domingo) y entran unas ganas tremendas de dejarse llevar por el placer de meterse en la cocina sin prisas y preparar un buen aperitivo para la familia o los amigos. Las propuestas de hoy son de las que se comen de un solo bocado, fáciles de comer y sin engorro alguno.
Siete recetas originales y fuera de lo corriente para sorprender y sorprenderos, que nos llevan más allá de las onmipresentes aceitunas, almendras o patatas fritas. Que están muy buenas todas, sí, que son muy socorridas, también, pero de vez en cuando apetece variar y lucirse un poco ¿no creéis?
Croquetas de queso y mostaza de Dijon
Una de las cosas que más nos gusta de las croquetas es la cantidad de variantes que podemos hacer de ellas, las combinaciones y los distintos sabores con los que nos permiten jugar. Estas croquetas de queso y mostaza de Dijon son una receta vegetariana con la que engrosar la larga lista de recetas de croquetas que ya tenemos en nuestro haber. Geniales para reuniones familiares y de amigos a base de picoteo. El queso se puede sustituir por un Parmesano y la mostaza de Dijon por cualquier otra, aunque esta combinación es ganadora, aquí que ¿para qué cambiarla?.
Ingredientes para 40 unidades: 50 g de mantequilla, 70 g de harina de trigo, 500 ml de leche, 3 quesitos en porciones, 25 g de mostaza de Dijon, 1 huevo, pan rallado y sal.
Elaboración: Comenzamos calentando a fuego medio la mantequilla en una sartén, cacerola o cazuela amplia. Una vez fundida añadimos 50 gramos de la harina de trigo (el resto lo reservamos para el formado de las croquetas) y removemos durante un par de minutos de forma que la harina se integre bien con la mantequilla y se cueza al mismo tiempo. A continuación añadimos la mitad de la leche, que habremos calentado previamente. Removemos con unas varillas metálicas para diluir cualquier posible grumo y añadimos los tres quesitos y la mostaza de Dijon. Removemos durante un par de minutos antes de añadir el resto de la leche y dejar cocer durante unos 15 minutos a fuego suave al tiempo que removemos. Cuando la masa de las croquetas esté lista la pasamos a una fuente, cubrimos con papel film (que toque la masa para que no forme costra) y dejamos enfriar antes de introducir en la nevera. Un par de horas de reposo será suficiente, pero yo suelo dejar la masa toda la noche y formo las croquetas al día siguiente. Podemos envolver las croquetas de manera rápida si aplicamos estos consejos. En diez minutos tendremos nuestras 40 croquetas listas para freír en abundante aceite caliente. Pero si no hay prisa y preferís hacerlo a vuestra manera, adelante con ello. Lo importante es que os animéis a hacer estas croquetas de queso y mostaza de Dijon y que las disfrutéis con los vuestros.
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Almejas chilenas a la parmesana
Uno de los mejores bocados que hayamos podido probar hasta la fecha, estas almejas chilenas a la parmesana son toda una explosión de sabor en boca. Nos gustan tanto y son tan fáciles y rápidas de preparar (15 minutos y listas) que no paramos de hacerlas. El origen lo encontramos en la cocina chilena, donde las machas a la parmesana son un clásico. La receta original se hornea en la propia concha de la macha, añadiendo un pegote de mantequilla y queso parmesano rallado. Como ocurre a menudo, el original cuenta con varias versiones y esta receta es una de ellas. El añadido de créme fraîsche y vino blanco las convierte en un auténtico bocato di cardinale.
Ingredientes para seis unidades: 12 almejas chilenas al natural en conserva, 3 cucharadas de créme fraîche o nata líquida, 1 cucharada de vino blanco seco, sal, pimienta negra molida, manequilla y queso Parmesano.
Elaboración: En un recipiente hondo mezclamos la créme fraîche o nata líquida con el vino y salpimentamos ligeramente. Cortamos unos dados pequeños de mantequilla. Escurrimos bien las almejas sobre un colador de malla fina y secamos ligeramente con papel absorbente. Rallamos un poco de queso Parmesano, lo necesario para espolvorear la superficie de cada cucharita. Colocamos dos almejas por cucharita (o una si son muy grandes) y encima un dado de mantequilla. Cubrimos con la mezcla de crema y vino y, por último, con el queso Parmesano rallado. Gratinamos durante cinco minutos o hasta que la superficie esté dorada. Retiramos y dejamos atemperar un par de minutos antes de servir.
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Cucharitas de crema de patata y huevo de codorniz
¡Qué gran aperitivo de bocado son estas cucharitas de crema de patata y huevo de codorniz! Se pueden prepara con antelación y también sirven de excusa para aprovechar sobras de puré de patata que convertir fácilmente en crema. La idea es ofrecer un bocado para tomar entero, dejando el huevo con la yema bien cremosa, para crear una explosión de sabores y texturas en la boca.
Ingredientes para diez unidades: 2 patatas medianas, 1 cebolleta pequeña, 50 ml de aceite de oliva virgen extra, leche o nata líquida para cocinar, nuez moscada molida, pimienta negra molida, 10 huevos de codorniz, cebollino, huevas negras o sucedáneo de caviar y sal.
Elaboración: Lavar y secar bien las patatas. Pelar la capa más fea y sucia de la cebolleta, retirar la raíz si la tuviera, y cortar en dos o tres trozos. Introducir ambos ingredientes en una olla, cubrir con agua fría, añadir un poco de sal, un chorro de aceite de oliva y llevar a ebullición. Cocer a fuego medio hasta que las patatas estén bien tiernas. Sacarlas y dejarlas enfriar un poco. Escurrir el agua de cocción pero reservando una parte, colándola con un colador o tamiz. Pelar las patatas cuando no quemen. Chafar las patatas en la olla con la cebolleta o pasar por un pasapurés. Incorporar un poco del agua de cocción, el aceite de oliva, una pizca de nuez moscada, pimienta negra recién molida y añadir un chorro de leche o nata líquida. Triturar hasta incorporar bien el líquido. Comprobar el punto de la textura y ajustar añadiendo más caldo o leche. Podríamos añadir mantequilla si nos gusta, mezclándola con una espátula con la crema caliente. Cocer los huevos de codorniz introduciéndolos en un cazo con agua hirviendo, con cuidado, depositándolos poco a poco con un cucharón. Cocerlos durante 2 minutos, o 2 minutos y medio, no más. Enfriar rápidamente y pelarlos con cuidado. Repartir la crema de patata en cucharitas, sin llenarlas demasiado, colocar un huevo encima y una porción de huevas negras o sucedáneo de caviar -o caviar auténtico-. Terminar con cebollino picado, un hilo de buen aceite de oliva y un golpe de pimienta negra.
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Buñuelos de verduras
Si en vuestra nevera hay una concentración de sobras de verduras con las que no sabéis qué hacer, la solución puede ser preparar unos buñuelos de verduras con los que dejar boquiabierto al personal. Se pueden hacer ex profeso, pero sacamos el tema de las sobras a colación porque nos parece que estos buñuelos de verduras son una receta de aprovechamiento fetén. Esta combinación de sabores nos gusta especialmente, pero las verduras se pueden variar al gusto y también las especias y condimentos. Geniales para in picoteo.
Ingredientes para seis personas: 1 zanahoria, 1 cebolla, 2 tallos de brócoli, medio calabacín, 150 g de harina de trigo, 50 ml de cerveza, 10 g de levadura química, 5 g de pimentón dulce, sal, pimienta negra molida, 1 huevo y aceite de girasol para freír.
Elaboración: Preparamos todas las verduras, con las que hacemos una mezcla muy picadita. Lavamos bien la zanahoria y la picamos finamente. Pelamos la cebolla y picamos. Retiramos la capa externa de los tallos de brócoli y la base (que está demasiado dura) y picamos. Lavamos el calabacín y picamos. Si tenemos un robot de cocina nos ahorraremos mucho trabajo. Ponemos las verduras sobre un colador y presionamos suavemente para que suelten sus jugos. Dejamos escurrir mientras preparamos una masa homogénea con el huevo, la harina, el agua, la cerveza, la levadura química y el pimentón. Salpimentamos al gusto y dejamos reposar aproximadamente una hora, mejor si es dentro de la nevera. Añadimos las verduras escurridas y removemos. Calentamos abundante aceite en una sartén y freímos porciones de la masa de buñuelos de verduras. Tomamos un poco de la mezcla con una cuchara y la deslizamos en el aceite. Las verduras están finamente picadas y en seguida se cuecen, de modo que no hace falta freír los buñuelos más de un minuto por lado. Escurrimos sobre papel absorbente y servimos inmediatamente.
Receta | Buñuelos de verduras.
Blinis de gazpacho con crema de jamón y queso
Esta receta de blinis de gazpacho con crema de jamón y queso es lo más fácil que podéis imaginar. En poco tiempo y sin apenas esfuerzo este original aperitivo estará sobre vuestras mesas. Una manera estupenda de aprovechar restos de gazpacho que podáis tener en la nevera. El color de los blinis de gazpacho es precioso, pero la cosa no queda aquí. El sabor es tremendo. Nosotros los hemos acompañado de una crema de jamón y queso, pero se pueden servir con lo que más os guste. Unos huevos de codorniz cocidos, una mezcla de atún y mayonesa, unas lascas de ibéricos, en vuestra imaginación está límite.
Ingredientes para 24 unidades: 125 g de gazpacho, 1 huevo, 85 g de harina de trigo, 8 g de levadura química, aceite de oliva (para engrasar la plancha), 50 g de jamón serrano, 150 g de queso crema, 6 tomates cherry, perejil fresco, sal y pimienta negra molida.
Elaboración: En un vaso mezclamos la harina con un par de cucharadas de gazpacho. Removemos hasta obtener una masa sin grumos. Vertemos en un recipiente hondo y añadimos el resto del gazpacho, el huevo y la levadura química. Sazonamos ligeramente. Batimos con unas varillas metálicas hasta homogeneizar. Transferimos a una jarra o un biberón y dejamos reposar en la nevera durante 30 minutos. Picamos en jamón serrano con un cuchillo bien afilado, dejándolo fino. Mezclamos con el queso crema y añadimos un pellizco de pimienta negra molida. Lavamos los tomates cherry, los cortamos en cuartos y reservamos. Lavamos también el perejil y preparamos las hojas para decorar. Cuajamos los blinis, decoramos y servimos tal y como indicamos más arriba.
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Aros de cebolla
Si sois de los que pedís aros de cebolla cada vez que visitáis un restaurante de comida americana, no podéis dejar pasar de probar esta versión casera. Una receta de aperitivo que funciona cuando quedan crujientes por fuera y muy jugosos por dentro. Si los freís en el momento y los escurrís bien para que no tengan nada de aceite, resultarán perfectos a la hora del picoteo y también serán una estupenda guarnición para hamburguesas y otros platos de comida rápida.
Ingredientes para cuatro personas: 1 cebolla, 150 g de harina de trigo, 1 huevo, 200 ml de leche, pan rallado, 1 cucharadita de levadura química, sal y aceite para freír.
Elaboración: Cortamos la cebolla en aros y los pasamos por harina. Reservamos. Esa misma harina la completamos con la leche, la levadura y el huevo bien batido. Rebozamos los aros de cebolla enharinados en la masa resultante y, posteriormente, pasamos por el pan rallado. Calentamos abundante aceite y freímos los aros de cebolla en tandas de cinco o seis para mantener la temperatura del aceite y para que los aros no se toquen entre ellos. Cuando están bien dorados, retiramos del aceite, escurrimos en un papel absorbente y servimos inmediatamente.
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Bombones de queso de cabra y sésamo caramelizado
Perfectos para los amantes del queso de cabra y de las mezclas dulce-salado, estos bombones de queso de cabra y sésamo caramelizado son un aperitivo muy lucido y sabroso. Lo más engorroso es caramelizar las semillas de sésamo, pero se pueden comprar en algunos establecimientos. Es cuestión de buscarlas y ahorrarse este paso. Entonces la receta queda en un suspiro. ¡Una ventaja más!
Ingredientes para 40 unidades: 300 g de queso de cabra sin corteza, 100 g de queso crema, 5 g de miel, 200 g de semillas de sésamo, 75 g de azúcar y 15 g de agua.
Elaboración: Ponemos las semillas de sésamo en una sartén y las espolvoreamos con el azúcar y el agua. Calentamos a fuego medio, removiendo a menudo para que no se quemen, hasta que el azúcar se haya disuelto y se haya convertido en caramelo. Extendemos el sésamo sobre una lámina de papel sulfurizado y dejamos enfriar. No pasa nasa si que pega, pues una vez frío le pasamos un rodillo por encima para separar las semillas. En un cuenco hondo chafamos el queso de cabra y lo mezclamos con el queso crema de forma manual (no uses batidora eléctrica o la mezcla se volverá demasiado blanda). Removemos bien para que no queden grumos. Añadimos la miel y mezclamos de nuevo hasta homogeneizar. Guardamos en la nevera durante una hora para que la pasta tome consistencia. Tomamos pequeñas porciones de la masa y pasamos por el sésamo caramelizado. Boleamos para ayudar a recubrir bien con las semillas al tiempo que corregimos la forma para que nos queden perfectas. Guardamos en frío hasta el momento de consumir.
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