Arunachal Pradesh es el estado más aislado de la República de la India. Ubicado al noroeste del país, junto a la región autónoma china del Tibet, es el hogar de 26 tribus indígenas y docenas de subtribus, muchas de cuales conservan sus propias tradiciones e instituciones culturales y políticas.
La región ha sido siempre un destino predilecto de antropólogos, no en vano es uno de los pocos lugares de la India que aún conserva un buen número de tradiciones ancestrales; pero de la tradición no se vive, sobre todo si estás conectado del resto de tu país por un estrecho corredor terrestre y ni siquiera tienes aeropuerto. Perfecto a para los turistas. La salvación de la economía del estado podría llegar, no obstante, gracias a un producto que hasta hace unos meses casi nadie conocía en la zona: el vino de kiwi.
India importa cada año entre 40.000 y 60.000 toneladas de kiwis
Como apunta Ariel Shopia en un interesantísimo reportaje para Gastro Obscura, los kiwis crecen abundantemente en Arunachal Pradesh, donde la fruta es un símbolo de la horticultura local. Pero, aunque se trata de un producto enormemente popular en la India –donde se cree que aumenta la inmunidad contra el dengue–, apenas se logra vender en el resto del país.
Lo inaccesible de la región hace los kiwis se encarezcan, pero aun así son un tercio más baratos que los que se compran a Nueva Zelanda, China e Italia. La razón por la que los indios no quieren ni oír hablar de estos kiwis es que los consideran, sencillamente, peores. ¿El resultado? India importa cada año entre 40.000 y 60.000 toneladas de kiwis mientras los productores locales sobreviven a duras penas con una economía de subsistencia, gracias al arroz y la pesca.
Una empresa ambiciosa
Fue esta situación lo que animo a Tage Rita Takhe, una ingeniera agrícola de 37 años, a abrir Naara-Aaba, la primera bodega de vino de kiwi de la India, y una de las pocas que fabrican vino a partir de esta fruta en el mundo.
La bodega puede fabricar 40.000 litros: suficiente para dar salida a todo el kiwi de la región
Takhe abandonó un prominente puesto en la administración India para abrir su bodega en el valle de Ziro, que inauguró oficialmente, a bombo y platillo, el pasado otoño. Hija de granjeros locales, Takhe quiere apoyar el cultivo ecológico a pequeña escala, al tiempo que garantiza que los agricultores puedan vivir de los beneficios, una empresa ambiciosa teniendo en cuenta las condiciones en las que viven la mayor parte de campesinos de la India.
Pero Takhe apuesta fuerte: ya tiene 25 empleados a tiempo completo y una habitación llena de enormes tanques de fermentación de acero con los que se pueden fabricar un máximo de 40.000 litros: suficiente para dar salida a todo el kiwi de la región.
Pero ¿a qué sabe esto?
Pese a su mala fama, para Rita Takhe el kiwi local “es superior a cualquier otro kiwi del mundo”. Y el vino es una excelente forma de tomarlo pues, como explica a Gastro Obscura, “todas las vitaminas y minerales que tiene el kiwi cuando están crudos, lo tenemos en el vino”.
“Se trata de un vino tirando a ácido que podría recordar a un Riesling más seco”
Lo cierto es que se puede elaborar vino a base de cualquier fruta. Hace décadas que se elabora vino de kiwi en Nueva Zelanda y, de hecho, cualquiera puede preparar una versión rudimentaria del mismo en casa, mezclando el agua con la fruta y levadura.
En concreto, en el vino Naara-Aaba, apunta Shopia, la dulzura agria de la fruta se traslada a la bebida. “Se trata de un vino tirando a ácido que podría recordar a un Riesling más seco”, asegura.
Ahora bien, si quieres probarlo vas a tener que esperar a que la empresa crezca y el Gobierno indio invierta en mejores infraestructuras o preparar un viaje largo y caro. De momento solo puede adquirirse en Arunachal Pradesh, donde las botellas se venden a 1.200 rupias indias (unos 15 euros al cambio).
Imágenes | Naara-Aaba/rajkumar1220/Ziro Valley Kiwi orchard
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