El colmo de los colmos es escuchar en una conversación de metro a dos “entendidos del vino” discutir sobre por qué hay vinos dulces, y que lleguen a la conclusión de que hay uvas dulces y otras que no lo son. A lo que me ha llevado a hacer este post, ¿cómo se consigue un vino dulce?
Toda la importancia, en la elaboración del vino, es de la uva. Pero desde luego que no existen uvas dulces por sí solas. Entre los componentes de la uva tenemos ácidos, taninos, fenoles, pigmentos, aromas y azúcares. Y son estos azúcares los responsables de obtener vinos dulces. Pero como dije al principio, por si solos no es bastante.
Un vino de mesa, normal y corriente, se deja fermentar hasta que está secos. Es decir, el azúcar se transforma por efecto de las levaduras en alcohol. En el caso de los vinos dulces, se suele tener un 15% (a veces más, a veces menos) de azúcar que no ha llegado a transformarse en alcohol. Pero por esta regla de tres, deberían tener menos alcohol que un vino de mesa, ¿no?
Podemos obtener vinos dulces de muchas maneras. O dicho de otra forma, podemos aumentar la concentración de azúcar y que a su vez no se convierta en alcohol, de muchas maneras. Una forma, es añadir al vino normal, zumo de uva (mosto) sin fermentar, tratando la mezcla resultante para que no fermente, es decir eliminando las levaduras de su composición.
Otra forma, es dejar secar las uvas en la vid o después de su vendimia. De esa forma, pasamos de una concentración de azúcares dentro de la uva del 12 al 27% a una concentración superior al 35%. De esta forma tenemos azúcares cuando la fermentación alcohólica ha finalizado.
Otra forma es dejar que se infecte la uva con un moho, que es lo que ocurre con los Tokaji, Sauternes u otros vinos. Es una forma muy peculiar que ya os hemos contado una vez, os aconsejo que leáis este artículo, Oremus Tokaji.
Por último, tenemos un último vino, denominado de hielo, el más famoso es el Eiswen alemán. Las uvas se dejan en la vid hasta la primera helada y se recogen cuando están congeladas (aunque hoy en día también se congelan artificialmente), acto seguido se prensan y de esta forma separamos zumo con azúcares y por otro lado, cristales de hielo (solo agua). Por lo que con el zumo, con alto contenido en azúcares, obtenemos un vino dulce, por la misma fórmula que con el segundo caso.
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