Mucho mas que una moda pasajera. El enoturismo en España, o turismo del vino, ha crecido en la última década de la mano de la especialización e inversión de los productores de vino locales.
Junto con la búsqueda de la calidad en los caldos y la madurez de las bodegas, se han multiplicado las opciones para el viajero que ya tiene a la salida enoturística dentro de sus alternativas. La riqueza y variedad de los vinos locales ha sabido despertar el gusto no sólo para llevarlo de la copa a la boca, sino para interiorizarse de los procesos y trabajos que se necesitan para su producción.
Comarcas vitivinícolas, bodegas y prestadores de servicios van dando forma a una completa red de propuestas que tientan a introducirse en la cultura del vino. La demanda de visitas y catas o de fines de semana y escapadas temáticas se multiplica, y con ella aparecen alternativas que hasta hace poco no existían.
La posibilidad de vivir el vino desde el pie mismo de la viña y conocer los mil detalles que encierra una de las labores más antiguas de la Tierra, llama a conocedores y novatos a aprovechar, además, la infraestructura turística que le acompaña. Bodegas modernizadas, grandes y pequeñas explotaciones, conocimientos altamente profesionales se unen a magníficas opciones hoteleras y de descanso.
Enoturismo en España: una experiencia sensorial
El enoturismo en España tiene por cliente a un viajero especial. Los interesados son mayoritariamente nacionales aunque cada día son más los visitantes extranjeros que se internan en el corazón del vino español. El rango de edad varía y se amplía poco a poco, desde los 30 años en adelante, es un visitante atento y curioso, preocupado por los detalles y que reconoce la calidad tanto en la tierra, en la copa, o en el trato recibido.
El enoturista busca una experiencia plena, llena de sensaciones que colmen su curiosidad. Si normalmente se viaja con los 5 sentidos, en este caso mucho mas. Colores y sabores se unen a los perfumes imprescindibles para dar cuerpo a una visita, a una escapada vital que le acerca al vino. Asi lo entienden los proveedores de servicios, los hoteleros de grandes establecimientos y los de pequeñas casas rurales rodeadas de viñedos.
Ya sea a través de una cata guiada, de recorrer las hileras de viñas y tocar sus sarmientos, o con un relajante tratamiento de vinoterapia, el visitante se sumerge literalmente en la cultura del vino y aprende con los cinco sentidos.
A partir de hoy iniciaremos un paseo por algunas propuestas de turismo del vino en España, atravesando algunas de las regiones vitivinícolas españolas para dejarnos tentar con una experiencia nueva para muchos, aunque seguramente, no será la última.
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