El Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia que dictó el 17 de junio de 2003 el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, que anulaba los artículos del Reglamento de la D.O. Rueda y de su Consejo Regulador que permitían producir y comercializar vinos tintos y rosados con la misma contraetiqueta que hasta el momento sólo había amparado a sus vinos blancos.
La D.O. ha sufrido un duro golpe, pues desde 2002 estaban promoviendo la elaboración de tintos y rosados, pero el TSJ de Castilla y León afirma que éstos no son un producto digno de la protección de la D.O. Rueda, pues no reúne las cualidades y caracteres diferenciales que precisa una D.O. Ya en 1999 se les denegó por la mejorable calidad de los vinos.
El consejero de Agricultura José Valín, tras la primera sentencia del TSJ impulsó la plantación de viñedos y la inversión en las bodegas garantizando que no corrían peligro, lo que ha provocado grandes pérdidas a los bodegueros.
Pero parece que puede haber un resquicio legal, pues estos vinos se han estado vendiendo como vinos de la tierra durante cinco años y podrían ser declarados como vinos de calidad con indicación geográfica, para posteriormente alcanzar la Denominación de Origen. Propondrán una modificación de la Ley de la Viña y el Vino con el fin de lograr que los tintos y rosados sean amparados por la D.O. Rueda, además de estudiar las pérdidas de los bodegueros para compensarlas.
Es un tema un tanto complicado en el que interviene, sin duda alguna, la política. Nos gustaría conocer tu opinión ¿crees que los vinos tintos y rosados deben ser amparados por la D.O.?, ¿tras el éxito de los blancos quieren ampliar el negocio con otros vinos?, ¿debe dimitir Valín?.
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