A partir de ahora será necesario comprobar en las etiquetas de las botellas de vino si verdaderamente estamos adquiriendo un vino fermentado, envejecido o criado en barrica, ya que la Comisión Europea ratificó ayer el reglamento que autoriza la utilización de trozos, virutas o serrín de madera de roble en la elaboración de vino, que entrará en vigor siete días después de que sea publicado en el Diario Oficial de la UE.
Siendo conscientes de que los consumidores medios pueden no discernir un vino envejecido o criado en barrica de uno al que le hayan añadido virutas o trozos de madera de roble, la normativa prohíbe que éstos últimos plasmen en su etiqueta las indicaciones fermentado, envejecido o criado en barrica o tonel. Así, un ejemplo que ya se utiliza en otros países sería inscribir “toque de roble”.
También deberá constar el método de elaboración con madera añadida en los registros del sector vitivinícola y en los documentos de transporte que acompañen a estos vinos.
Cabe recordar que esta práctica fue aceptada por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), después deberán ser las D.O las que acepten que sus bodegas realicen esta práctica o no. Rioja ya se ha negado.
Las condiciones que debe cumplir la madera adicional que se utilice en esta práctica es que los árboles de los que se extrae pertenezcan a la familia quercus, encinas, robles y alcornoques, no podrán haber sido sometidos a combustión ni tratamientos diferentes al del calentamiento, ni se podrán añadir esencias para aumentar su aroma.
Por nuestra parte, no vamos a dejar de probar uno de estos vinos, pero sólo para conocerlo. Si leer la etiqueta de una botella ya era una de nuestras prácticas, ahora lo será más.
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