Cuando se compra un vino con atención y se almacena como es debido, se garantizan dos cosas: una buena inversión y un placer al beberlo. No hacen falta tácticas complicadas, basta el sentido común y algunos conocimientos. Por eso hoy vamos a desentreñar los secretos de Baco para conseguir la perfecta bodega en casa.
Se puede comprar vino en cantidad sencillamente para evitar tener que comprarlo a menudo, o bien con el fin de hacerse con una bodega de vinos que vayan mejorando con el tiempo. Cualquiera que sea la razón es necesario disponer de espacio suficiente y en condiciones adecuadas.
Añejamiento de los vinos
Los vinos blancos no se benefician gran cosa con el transcurso del tiempo, pero los vinos tintos sí. En general, los vinos tienen una vida más o menos larga, según sus categoría, procedencia y cuidados en su elaboración. A lo largo de esa vida (que puede llegar a sobrepasar los 25 años), va madurando y, en consecuencia, mejorando hasta alcanzar su punto culminante, donde se mantiene unos años para después empezar a declinar.
La ventaja de hacerse con una bodega es que se pueden comprar vinos jóvenes a un precio razonable y, siempre que uno sepa contenerse y no se los beba, acabar unos años después con una reserva de categoría de vinos maduros.
Hacerse aconsejar
A menos de ser un experto, es difícil saber qué vinos comprar para que sean buenos después de añejados. Lo mejor es dejarse aconsejar por un comerciante de vinos que buena reputación. Ellos tienen experiencia y conocimientos mucho más amplios que cualquier profano y podrán orientar sobre la mejor compra, ahorrando dinero, tiempo y esfuerzo.
No es fácil saber el carácter que va a adquirir un vino con el paso de los años y tiene poco sentido catar añadas para tratar de adivinar si merece la pena embodegarlas para el futuro. Por eso la mejor solución es la de hacerse aconsejar por un experto.
La espera
Los primeros años después de haber iniciado una bodega son bastante descorazonadores, ya que no es posible probar el resultado del esfuerzo invertido. Pero una vez pasado ese tiempo, una bodega bien pensada ofrecerá una provisión continua de buenos vinos mientras van madurando las últimas adquisiciones.
Ofertas especiales
Es importante considerar cuidadosamente las ofertas especiales que hacen los comerciantes de vinos antes de decidirse por ellos. Aunque algunas son una ganga, otrs podrían incluir vinos que los mayoristas no pueden sacar a precios normales. Hay que tener en cuenta que algunas añadas no son de calidad uniforme.
Lo que hace falta para hacerse una bodega
No es preciso disponer de un sótano para hacerse con una bodega. Lo que hace falta es espacio para almacenar los vinos en un sitio donde la temperatura se mantenga constante dentro de ciertos límites, ni demasiado frío ni demasiado caliente. La luz perjudica al vino, de modo que un armario o el hueco debajo de una escalera pueden ser el lugar ideal.
Los vinos se encuentran muy a gusto entre los 7 y los 21 grados centígrados, siempre que los cambios no sean muy bruscos. No conviene guardarlos en la cocina, donde la temperatura varía considerablemente, ni tenerlos cerca de un radiador o por donde pase una tubería de agua caliente.
Las botellas se colocan tumbadas, para que los corchos estén siempre mojados y no entre aire en la botella, lo que deterioraría el vino, que podría "picarse". Se pueden comprar botelleros, de madera, metal o plástico, que se apilan para cubrir una pared con botellas de vino.
También se pueden guardar en las propias cajas en que se venden siempre que se tengan las botellas acostadas. Sin embargo las cajas de cartón no son muy recomendables si la bodega es muy húmeda pues pueden llegar a derrumbarse.
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