Cuenta la historia que Francis Drake, el pirata al que los ingleses consideran un héroe, atacó Cádiz en 1587 y saqueó las bodegas de Jerez, llevando a la pérfida Albión 3.000 botas de vino. La llegada del botín permitió a la corte inglesa conocer unos vinos que causaron furor y, pese a que intentaron saquear de nuevo la región, optaron finalmente por comerciar con las bodegas de la zona y abrir las suyas propias.
Aunque los vinos de Jerez y la Manzanilla fueron los primeros productos agroalimentarios del país en tener una Denominación de Origen, en tiempos de la II República, durante siglos su popularidad en toda la Commonwealth fue tan grande que nadie se preocupó lo más mínimo porque se consumieran en España, donde se daba por hecho que su popularidad se mantendría. Pero no ha sido así.
Como ha reconocido sin tapujos el presidente actual del Consejo Regulador, César Saldaña, el consumo de vinos de Jerez lleva décadas menguando en España, en parte porque las bodegas se han enfocado tanto en la exportación que sus vinos se han dejado de conocer al norte de Despeñaperros.
Los vinos de Jerez tienen además una imagen tópica, muy ligada al folclore andaluz, de la que la DO quiere librarse, aprovechando, además, que los caldos se están poniendo de moda en ciertos ámbitos gastronómicos. “Gracias a chefs y sumilleres en la última década se está produciendo una revolución silenciosa”, asegura Saldaña. Pero con esto no basta.
El Consejo Regulador quiere ahora llegar al “gran público” y ha realizado un análisis estratégico de la situación de los vinos gracias al que estrena hoy una nueva campaña de comunicación que busca promocionar los vinos entre la población más joven, donde este tipo de caldos tienen una penetración escasísima.
Una apuesta por la gastronomía
La nueva campaña publicitaria se acaba de presentar en Madrid en un evento en el que los vinos del Marco se han maridado con un cóctel preparado por el chef Javier Muñoz-Calero, repleto de guiños a la cocina peruana y asiática, gastronomía en la que los vinos de Jerez están ganando cada vez más espacio.
Para la Manzanilla se han escogido platos ácidos, que contrarrestan a la perfección con el que es uno de los vinos más secos del mundo, como es un salmón flambeado con una mayonesa de lima o un mejillón escabechado. Para el Oloroso, preparaciones más contundentes, como un tosa-mi de pato lacado en vermut rojo y bourbon o unos buns de torrezno crujiente.
No cabe duda de que apostar por la gastronomía es clave para recuperar la imagen de los vinos de Jerez, que muchas veces ni siquiera tenemos en cuenta. Bajo el reclamo ¿Y si… te dejas sorprender por los Vinos de Jerez?, el Consejo Regulador desarrollará una ruta gastronómica en cuarenta espacios de moda de Madrid con los vinos de Jerez como protagonistas. Cuatro jornadas repartidas en los siguientes días, 27-28 de junio y 4-5 de julio, en los que el público podrá disfrutar de su amplio abanico de posibilidades gastronómicas que se podrán consultar en la página web de la campaña.
Bien por ello. Lo que no tengo tan claro es que la imagen de esta campaña sea la adecuada para estos caldos. Y aquí viene mi opinión con todo el cariño a estos vinos excelentes.
Mejor no parecer andaluz
¿De verdad hay que emular el estilo de los anuncios de cerveza para vender unos vinos con tanta historia, personalidad e identidad? ¿No hay otra forma de reivindicar el rebujito que venderlo con mint en vez de hierbabuena? ¿Llegan los análisis estratégicos de todas las bebidas a las mismas conclusiones?
Asistimos a un lavado de imagen de los vinos de Jerez en el que parece se quiere eliminar su origen. La velada estuvo amenizada por versiones de clásicos del pop en clave de soft jazz. ¿No se podrían vender los vinos de Jerez y Manzanilla revindicando la excelente música que se está realizando en estos momentos en Andalucía? Prefiero tomar un Amontillado escuchando a Pony Bravo que un disco de versiones con la personalidad del hilo musical de un aeropuerto.
Los vinos de Jerez tienen muy poca experiencia en su promoción, pues esta siempre le ha venido hecha, pero tienen una historia increíble y un producto injustamente desconocido en nuestras fronteras. Es un producto que reivindicar. Quizás esta campaña debería haber llegado hace diez años; a estas alturas ¿es esta la manera de acercarse a un público joven? Y, lo que es más importante, ¿de verdad todo el público joven está cortado por el mismo patrón?
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