El pasado enero hablábamos sobre los vinos de guarda, ahora queremos complementar un poco más la información con los principios básicos para realizar la guarda de los vinos.
Un vino de guarda debe tener aptitudes adecuadas para poder envejecer en la botella, como norma general utilizamos vinos tintos aunque también podemos utilizar alguna variedad de blancos que admiten el envejecimiento en botella. La temperatura del lugar donde realizamos la guarda debería ser constante y debería oscilar entre los 10º y los 12º, las fluctuaciones de temperatura drásticas pueden perjudicar seriamente al vino, por el contrario, una temperatura que fluctúa paulatinamente como es el paso del invierno al verano no le perjudica.
Recuerda que la luz afecta seriamente a los vinos de guarda y en especial a los espumosos y a los blancos, hay que asegurarse que la bodega se encuentre siempre en penumbra. Para garantizar una mayor calidad, es preferible que la bodega sea solamente destinada a los vinos, es decir, no guardar en ella por ejemplo los botes de pintura que te han sobrado después de pintar la casa, las emanaciones de estos productos pueden afectar al vino incluso a través del corcho.
Una humedad ideal estaría en torno al 70-80%, demasiada humedad propicia que el corcho pueda pudrirse, por el contrario, una humedad escasa propicia que el corcho se seque y pierda la elasticidad, conjugar la humedad y la ventilación evita los desagradables olores a moho.
En cuanto a la posición de las botella, para propiciar que el corcho siempre esté húmedo, debemos colocarlas acostadas. Nosotros tenemos unos cuantos vinos de guarda, algunos ya tienen 7 años, esperemos que el día que los disfrutemos estén en perfectas condiciones. ¿Tienes tú algún vino de guarda? ¿Y cuántos años lleva?.
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