Qué vinos blancos de uva albillo tienes que probar: el resurgir de una variedad difícil, que se ha puesto de moda

La uva Albillo, presente desde la Edad Media en Castilla y León o Gredos, ha pasado de estar en peligro de extinción a ser de las más demandadas

La variedad Albillo es uno de los secretos mejor guardados de la viticultura en España y tanto el Albillo Real como el Albillo Mayor están viviendo un renacimiento sorprendente a través de algunas bodegas que han sido capaces de elaborar con ella blancos de gran calidad y de cierta guarda que se codean con verdejos, godellos o albariños de reconocido prestigio.

La Albillo Real se ha cultivado tradicionalmente en Ávila, Toledo o Madrid, especialmente en el entorno de la Sierra de Gredos donde alcanza su máximo esplendor, incluso en algunas zonas de Arribes del Duero y de Toro.

Por su parte, la Albillo Mayor está más extendida por Castilla y León, particularmente en distintas parcelas de Ribera del Duero, Cigales y Arlanza. Presente en la zona desde la Edad Media, era ese “toque” que aportaba identidad a sus rosados y tintos. Actualmente es la única uva blanca autorizada por la D.O. Ribera del Duero para la elaboración de vino blanco. También hay albillo mayor en Albacete, Galicia, algunas zonas de Canarias y en Méntrida (Toledo).

Breve historia de la uva Albillo

Excelente como uva de mesa por tener una piel muy fina y una pulpa jugosa, históricamente se utilizó para elaborar vinos rancios en Castilla y León y los blancos pardillos o vinos preciosos de San Martín de Valdeiglesias que primaban en el siglo XVII en la corte de los Austrias.

No es una uva fácil por su maduración temprana (es la primera que se recoge en Madrid a mediados de agosto), por su alto contenido en azúcares y su baja acidez, pero aromáticamente es una uva muy agradecida por eso hasta no hace mucho se utilizaba de acompañante de variedades tintas para aportar un plus aromático. La calidad para la elaboración de blancos se obtiene a partir de cepas muy viejas, cultivadas en vaso, en viñedos de altura y con bajas producciones.

Con estas premisas, se obtienen vinos elegantes, complejos, afrutados y muy intensos a la vez de amplios y carnosos con un cierto y agradable retrogusto amargo. Su color suele ser amarillo pajizo y en ocasiones tienden a oxidarse en botella, lo que les convierte en vinos con gran personalidad, sobre todo cuando se fermentan o envejecen en roble, y sus posibilidades llegan a sorprender cuando sus crianzas se hacen en depósitos o tinajas de barro. Una uva que bien trabajada desde el viñedo y cosechada en su momento óptimo está demostrando ser el alma de grandes blancos de guarda.

Aquí destacamos 8 excelentes vinos blancos de albillo:

1. López Cristóbal Albillo Mayor 2021

La historia de la albillo mayor en Bodegas López Cristóbal se remonta a 1982, cuando Santiago López plantó, en una hectárea de su finca La Linde (Roa, Burgos), 14 clones diferentes de esta variedad, enmarcados en una investigación para la recuperación genética y la selección clonal. Con este viñedo tan especial es con el que Galo López Cristóbal, actual bodeguero, elabora hoy su atípico vino blanco de albillo mayor.

La mayoría de las uvas de este vino proceden de viñas de 30 años, aunque en su ensamblaje participan también uvas de cepas cincuentenarias. Fermenta en barrica y se cría en contacto con sus lías durante tres meses, y después pasa tres meses más en la botella. Es un vino fresco y elegante que muestra cómo el paso por madera convierte a esta variedad en brillante y expresiva. En nariz, fruta blanca dulce, membrillo, lima, flores blancas y polen con un fondo cremoso de lías, tostados y humos, café verde y hierbabuena. Equilibrado y untuoso en boca, tiene buena acidez cítrica y un final largo y persistente. Un vino con alma de guarda.

López Cristóbal Albillo 2021

2. Martín Berdugo Albilllo Mayor 2020

Ubicada en Aranda de Duero, Martín Berdugo es una bodega joven que apuesta por la innovación sin perder su carácter familiar. Las actuales plantaciones comenzaron a finales de la década de 1980. Antonio Díez Martín, es el miembro de la familia responsable de dirigir la operación vitivinícola de las 87 hectáreas de viñedo que tiene la bodega de un solo pago, buscando sorprender con sus vinos de finca y sus ediciones limitadas como este blanco.

Procedente de cepas de 50 y 60 años cultivadas en un viñedo antiguo que contiene tanto variedades de uva tinta como blanca y con 3 meses sobre lías, este albillo de color pajizo pálido expresa en nariz aromas de manzana dulce, piel de ciruelas, níspero, pimienta negra, balsámicos, especias, herbáceos, laurel y anís estrellado. Es sabroso y fresco en boca, estructurado y amplio con un agradable amargor y un pertinaz final.

3. Valduero Blanco Albillo Mayor 2022

Situada entre los referentes de la D.O. de Ribera del Duero, los vinos de esta bodega mantienen esa excelencia y capacidad de envejecimiento que Gregorio García Álvarez inculcó a sus hijas Carolina y Yolanda García Viadero, apostando por la artesanía con técnicas tradicionales. Con una producción limitada y exclusiva, criado sobre lías, este vino paja dorado de notable intensidad, expresa aromas a ciruelas amarillas, papaya, flores blancas, laurel hinojo. Es sápido, maduro, con cierta untuosidad y un grato paso con final amargo.

4. Dominio del Pidio Albillo Blanco 2022

Los vinos de los hermanos Óscar y Roberto Aragón se inscriben en la vanguardia de la Ribera del Duero por elaboración y por estilo. En el barrio de las cuevas de Quintana del Pidio (Burgos) envejecen sus tres vinos, blanco rosado y tinto con la blanca Albillo Mayor presente también en los dos últimos en pequeñas proporciones, declarándose como un regreso al pasado vinícola de esta localidad con tradición casi milenaria en el cultivo de la vid y elaboración de vinos.

Definido como un blanco de tradición campesina, este vino se fermenta en depósito de hormigón y se cría sobre lías durante 8 meses en barricas de roble francés, en nariz expresa aromas a frutas de hueso (melocotón, albaricoque) sobre un fondo mineral. Ligero, fresco y equilibrado. Cremoso en boca con buena acidez y toques minerales. Potente, elegante y fácil de beber.

Dominio del Pidio blanco 2022

5. Verum Ulterior Parcelas 7 y 9 2019

De la finca El Romeral de Bodegas Verum, nació el proyecto Ulterior en el año 2018, en el que Elías López Montero plantó variedades que han demostrado su capacidad de adaptación al cambio climático, con otras autóctonas minoritarias como la Moravia Agria, Albillo Real y Tinto Velasco, dando grandes vinos en Tomelloso (Ciudad Real).

Este vino de parcela ecológico de la Tierra de Castilla está elaborado con un 85%  de Albillo real y un 15% de Albillo mayor. El Albillo real es una variedad recuperada de las que antes de la filoxera se podía encontrar habitualmente en Castilla-La Mancha. Se trata de una variedad muy poco productiva y de ciclo corto, una de las primeras que se vendimian en la región. El Albillo mayor es de ciclo más largo y le aporta nervio y frescura al vino. Un pequeño porcentaje del vino se cría en barrica de roble francés de 600 litros y el resto, en homenaje a sus ancestros, en tinajas de barro de 300 arrobas (unos 5000 litros). Tras el embotellado permanece en la cueva de la bodega más de 12 meses.

Es complejo e intenso en nariz, con toques de fruta blanca madura y dulce, manzana roja, cítrico escarchado y cereal tostado, minerales, hierbas aromáticas, y canela con un fondo de membrillos y anisados. Untuoso en la boca, expresivo y persistente que muestra el carácter del terruño con sensación de ahumados, cítricos como el jengibre y recuerdos florales. Delicado y elegante. Sin duda, un vino diferente y un blanco de culto.

Ulterior Parcelas 7 y 9 Albillo Real 2017

6. Arrayán Albillo Real 2021

Maite Sánchez, enóloga e ideóloga de los vinos de Arrayán en la DO Méntrida, trabaja con un rigor casi obsesivo por la expresión de las variedades en los diferentes suelos, orientaciones y paisajes. Este Albillo Real procede de viñas de más de 70 años del municipio de Almorox (Toledo), utilizando después la maestría en el uso de la madera durante los 8 meses de crianza en barrica de 300 y 500 litros de roble francés usado, que realza la expresión de la variedad. Primario en nariz, fresco y elegante, con recuerdos a flores, fruta de hueso madura, notas amieladas, hierbas, hinojo y especiados. Es sabroso, salino con un final amargo y una viva persistencia que anuncia longevidad para el futuro.

Arrayán Albillo Real 2021

7. Marañones Picarana 2020

Perteneciente al grupo Alma Carraovejas, Marañones en San Martin de Valdeiglesias es una de las bodegas más representativas de la DO Madrid. Este proyecto singular quiere poner en valor la zona y recuperar antiguas cepas de las variedades autóctonas como la Albillo real. Sus viñedos se cultivan siguiendo los criterios de la agricultura ecológica y biodinámica, transmitiendo la singularidad del terruño a través de vinos de marcada personalidad como este blanco fresco de cepas de entre 30 y 70 años, de diferentes parcelas, siempre de altitud, fermentado en barrica y con una crianza de 9 meses en roble francés.

En nariz aparecen aromas de fruta blanca  con toques herbáceos,  tomillo y lavanda y matices minerales y balsámicos y un marcado carácter cremoso y ahumado de la madera, bollería, hierbas cítricas y especias como el clavo y la pimienta blanca.  En boca, es goloso y estructurado, con recuerdos especiados, un fondo mineral y salino y un atractivo final fresco que augura un buen potencial de envejecimiento.

8. Las Moradas de San Martín. Albillo Real Eco 2021

Un Albillo de la bodega del mismo nombre en San Martín de Valdeiglesias y perteneciente al grupo Enate. La enóloga y viticultora Isabel Galindo ha creado esta joya: un blanco muy personal, único y gastronómico de parcelas de montaña con viñedos de 80 y 90 años, trabajadas con viticultura ecológica y biodinámica de secano. Esto quiere decir que después de prensar los racimos enteros, se hace una crianza de 8 meses en barricas de 500 litros de roble francés y los “bâttonages” (trabajo que consiste poner en suspesión las lías o levaduras muertas que se depositan en el fondo, removiendo el vino con un bastón) se realizan en cada luna llena. De color pálido, en nariz aparecen aromas de dulce de membrillo y miel, peras, flores blancas, cítricos y balsámicos. En boca es sedoso, untuoso con un final ligeramente salino (por los suelos graníticos) y un final agradablemente amargo propio de la variedad. Sutil y elegante.

Las Moradas de San Martín Albillo Real 2021

Imágenes | Copyright CRDO Ribera del Duero

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