Seis vinos blancos de Ribeiro, de distintos valles ourensanos, que hay que probar para ver lo diferentes que pueden llegar a ser

No es un secreto que la calidad del vino despende mucho, además del clima y del factor humano, del suelo donde se encuentre el viñedo y Ribeiro es una de las mejores zonas de blanco del mundo precisamente por su ubicación. Su Denominación de Origen, una de las más antiguas de España y la más antigua e histórica de Galicia se extiende alrededor de tres ríos y sus valles: Miño, Avia y Arnoia y cada uno de ellos transmite características distintas.

Una singularidad que marca el territorio de la D.O. Ribeiro es el minifundismo

Una singularidad que marca el territorio de la D.O. Ribeiro, ubicada en la provincia de Ourense, es el minifundismo, típico del paisaje gallego. Esa compleja orografía provoca que gran parte del cultivo de los suelos esté abancalado para disminuir las pendientes y facilitar el laboreo de técnicas tradicionales aprovechando las laderas y la insolación. Esto provoca unos paisajes espectaculares a ambos lados de los tres valles donde se reparten las 97 bodegas que forman parte del Consejo Regulador, de las cuales 57 pertenecen a “colleiteiros”, una figura oficialmente reconocida única en Ribeiro cuya traducción podría ser la de cosechero. Pero a diferencia de otras regiones vitivinícolas, aquí la bodega tiene que ser familiar (en muchas ocasiones es unipersonal), sólo se pueden usar las uvas propias para elaborar su vino sin poder comprarlas a terceros y su producción no puede superar los 60.000 litros de vino cada año.

Aunque en la mayoría de los vinos blancos, la variedad protagonista es la Treixadura, a veces mezclada con otras variedades como Albariño, Godello, Loureira o Lado, es curioso cómo pueden reconocerse distintos matices y perfiles de Ribeiro según el valle donde se sitúe cada viñedo, porque no solo el tipo de suelo, también la pluviometría y la altitud influyen. Sus suelos, se caracterizan por estar formados a partir de materiales graníticos, que son los que aportan mineralidad a los vinos, con texturas franco-arenosas y en menor medida areno-francosas. Característico del Ribeiro es el “sábrego”, granito descompuesto, muy abundante en esta zona.

Tecnicismos aparte, los vinos del valle del Miño suelen ser vinos más pausados, más aromáticos, profundos, untuosos y con más volumen. Los del Avia, son vinos más extensos, musculosos y con más nervio con algo más de grado alcohólico y los del Arnoia más estrechos y finos, que en boca aparecen afilados, con mucho brío y una acidez más marcada. En cualquiera de los casos, la Treixadura produce vinos muy aromáticos, untuosos, con un gran equilibrio entre la acidez y el alcohol que invitan a beber y con un gran potencial de envejecimiento, que les hace ser muy gastronómicos.

El Ribeiro fue el primer vino que llegó a América, en el siglo XVI

Con 8.000 años de historia, el vino fue el único motor de desarrollo económico durante siglos en esta enocomarca. La calidad y la fama de los vinos de Ribeiro tanto blancos como tintos (aunque solo representan el 9% de la producción, cada vez se incrementa más la demanda de estos últimos por su frescura y ligereza), hicieron que fuera el primer vino que llegó a América en siglo XVI, porque era el único que aguantaba el viaje sin fortificaciones, es decir, sin añadirles alcohol.

Desde el siglo XV hasta el XVIII su comercio con Reino Unido supuso un extraordinario negocio hasta que se cortó por políticas internacionales y diferentes guerras y los británicos se fueron a buscar los vinos de Oporto. Hoy Ribeiro representa una imagen de prestigio y calidad que conquista a un público cada día más amplio y fiel en todo el mundo. Y estos seis vinos son buena muestra de lo mejor que puede dar la DO:

Eduardo Peña 2022 (Castrelo do Miño).

En el margen izquierdo del Miño, es un ribeiro serio elaborado mediante la maceración en frío de las variedades de Treixadura, Albariño, Godello, Lado y Loureira, con un suave trabajo sobre lías y posterior mezcla de los distintos vinos obtenidos. Un ejemplo de vino aromático, fresco y profundo, que le ha situado entre los punteros de los modernos ribeiros, con recuerdos de frutas (albaricoque, níspero, lima, membrillo), monte bajo (tomillo), incienso, rosa blanca y elegante pastelería (brioche, mantequilla). Bien estructurado, sabroso, con equilibrio y con mucho volumen y un largo recuerdo. Su final con un puntito amargo, consigue encandilarnos añada tras añada. No es de extrañar que las añadas 2020 y 2021 hayan obtenido el Premio al Mejor Vino Blanco (categoría de Colleteiro) en la cata oficial de los premios de esta Denominación de Origen. (16 €)

Ramón do Casar Treixadura 2022 (Castrelo do Miño)

Otro ejemplo de intensidad, esta vez conseguida solo con la elaboración de la variedad Treixadura de una producción propia de 20 hectáreas de viñedo en el término de Prado, algo excepcional en este territorio de minifundio. El propietario, Ramón González, fue un gallego que emigró a Venezuela al que se debe el nombre de esta marca cuyas etiquetas son un homenaje realizado con imágenes de Alberto Martí, considerado el fotógrafo de la emigración gallega. Marcado por aromas florales (tilo, mimosa, magnolio) y una mezcla de frutas frescas (pomelo, níspero, ciruela claudia), notas de laurel y cilantro y una notable frescura natural con elegante amargor en boca y un agradable y duradero recuerdo aromático. Un logro conseguido por el enólogo, Pablo Estévez que este año ha sido elegido el mejor enólogo de vinos jóvenes de España por cuarta vez consecutiva. (13,50 €)

Casal de Armán 2022 (Ribadavia)

Es una buena representación de la tipicidad de los vinos del Valle del Avia en la zona norte de la D.O. Un coupage de Treixadura, Godello y Albariño procedentes de diferentes tipos de suelos y orientaciones. Es el buque insignia de esta bodega que nació a finales de los años 90, pero que pertenece a la cuarta generación de un grupo familiar que ha elaborado vinos en el Ribeiro desde finales del siglo XIX. La familia González Vázquez compró un viejo casal del siglo XVIII y, después de ocho años de restauración, hoy acoge un hotel rural, un restaurante de cocina gallega y su bodega.

Con buena intensidad, elegante y sutil con una compleja mezcla de frutas y flores (níspero, chirimolla, magnolio, acacia, hinojo) Ligero, con frescura, un paso por boca graso y estructurado con un persistente final mineral y ese envidiable amargor final que da la Treixadura en el Ribeiro. (13,50 €)

Amadeus Finca San Cibrao 2022 (Ribadavia)

Elaborado solo con la variedad Treixadura, procede de las laderas de la finca de San Cibrao, el viñedo más emblemático de la conocida bodega Viña Costeira; un lugar privilegiado a la vez que difícil de cultivar, debido a su orientación y distribución en “costeiras” (laderas y bancales). Amadeus se convirtió en una referencia pionera en el mundo de la viticultura y el arte desde la década de los 90. Cada cosecha contaba con una obra de artistas gallegos como Virxilio, Vidal Souto o Isaac Díaz Pardo. Ahora es el pintor ourensano Alexandro responsable del diseño de la obra que viste la botella, expresando la vinculación del vino con la tierra, su arte y su cultura. De notable intensidad y aromas elegantes y sutiles a piña madura, pera, membrillo, mantequillas, balsámicos y piel de cítricos. En boca es sabroso, intenso, especiado y maduro; amplio, equilibrado, persistente, con muy buen cuerpo y grato y armónico final. (15 €)

Lagar do Meréns 2021 (Arnoia)

Lagar do Meréns es una bodega antigua de colleiteiro fundada en el año 2001 y restaurada donde predominan la piedra y la madera y donde se da prioridad al trabajo en el viñedo. Este vino es un coupage de Treixadura, Godello, Lado, Albariño y Loureira, digna representación de los vinos del valle de Arnoia. De media intensidad, es pura elegancia y complejidad, marcado por los aromas de frutas frescas (níspero, pomelo, mirabel) y flores (jazmín, lavanda, salvia), con una frescura cítrica en boca y un largo recuerdo aromático. Sutil y elegante (17 €).

Mauro Estévez 2022 (Arnoia)

Esta bodega tiene solo dos hectáreas de viñedos distribuidas en 16 pequeñas parcelas con sus distintos microclimas y terruños y donde cada variedad adquiere sus características específicas y diferenciadoras. Uxía da Ponte es la joya de su bodega, un vino monovarietal Lado 100%, único en el mundo, del que solo se producen 700 botellas.

José Estévez Álvarez, el fundador, empezó en 1940 a elaborar sus propios vinos con las mejores uvas de sus viñedos, embotellando parte para su consumo y vendiendo el resto a los corredores de la zona. Poco a poco su hijo Pepe le sugirió etiquetarlo y comercializarlo para dejar constancia de su gran calidad. Actualmente Pepe, junto con su hijo Mauro, continúan esta labor.

Mauro Estévez es su vino más conocido, del que sólo se elaboran 12.000 botellas con Treixadura, Albariño, Loureiro y Lado. Marcado por los aromas a frutas maduras (maracuyá, melón, pavía, mango, pomelo) y un fondo de flores y botánicos (mimosas, orégano, ortiga, césped). En boca es un vino redondo, graso, con peso de fruta pero con la suficiente frescura cítrica y muy agradable final. (15 €)

Imágenes | Consejo Regulador de la D.O. Ribeiro
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