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Las verduras en conserva, una fuente única de posibilidades para una cocina rápida

Las verduras en conserva, una fuente única de posibilidades para una cocina rápida
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Las frutas y verduras son esenciales para una dieta saludable. Consumirlas a diario y en una cantidad suficiente podría contribuir a la prevención de enfermedades importantes, como las cardiovasculares y algunos cánceres, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda tomar un mínimo de 400 gramos al día de frutas y verduras, sin contar las patatas y otros tubérculos.

Sin embargo, dado el ajetreado ritmo de vida que llevamos, sobre todo en las grandes ciudades, en muchas ocasiones no tenemos tiempo para ir al mercado a comprar verduras frescas para después cocinarlas o, sencillamente, no tenemos ganas de hacerlo.

La conserva no sólo mantiene las propiedades, sino que hace más sencillo disponer del producto

Ya sea por cansancio, por falta de tiempo o por los habituales olvidos al hacer la compra, lo cierto es que las verduras en conserva son unas estupendas aliadas para preparar de forma rápida recetas ricas y sanas, pues permiten saltarse algunos pasos previos —como la limpieza, el troceado y el primer cocinado de la verdura, quizá lo que pueda darnos más pereza— y agilizar la elaboración de los platos.

No solo son prácticas, sino que disponemos de una gran variedad, lo que las hace muy versátiles en la cocina. No entienden de temporadas, no nos desajustan el presupuesto de la compra y, lo que es más importante, sus cualidades nutritivas apenas difieren de las de las verduras frescas.

Un poco de historia

Foto Verduras Frescas

Desde tiempos remotos, la conservación de los alimentos ha sido fundamental para asegurar la supervivencia de los seres humanos ante sequías, guerras, epidemias… No obstante, la gran revolución se produjo a finales del siglo XVIII de la mano del cocinero francés Nicolás Appert, que descubrió que hirviendo los alimentos en recipientes cerrados, estos se mantenían sin alterar durante largos periodos de tiempo.

Fue Louis Pasteur el que, casi un siglo después, atribuiría esa conservación a la inactivación de los microorganismos presentes en los alimentos, responsables de su modificación.

Estos descubrimientos fueron aplicados con éxito a la industria conservera y con los avances tecnológicos que trajo el siglo XX, las conservas se convirtieron en uno de los sistemas de preservación de alimentos más eficaces y fiables.

El blanqueado de las verduras

Verduras en conserva

Aunque su vida útil puede durar varios años, las conservas vegetales presentan un contenido nutricional muy similar al de las verduras frescas. Esto es debido fundamentalmente a que se envasan a las pocas horas de ser cosechadas y en su punto óptimo de maduración, momento en que hortalizas como los tomates, los pimientos, las judías verdes y los guisantes concentran su mayor contenido en vitaminas C y B9, betacaroteno, polifenoles y demás nutrientes.

Estos procesos conservan intactos los minerales y las vitaminas de las verduras

tes de ser envasadas en latas o tarros herméticos que las protejan del aire, se lavan cuidadosamente para descartar cualquier residuo, se pelan (en el caso de ciertas hortalizas como las zanahorias) y se blanquean.

El proceso térmico del blanqueado consiste en escaldar las verduras en agua hirviendo durante unos minutos, lo que frena la actividad enzimática responsable de su degradación y oxidación. De esta manera, se conservan casi intactas muchas vitaminas hidrosolubles y minerales presentes en los vegetales.

Las conservas vegetales son ricas en calcio, magnesio y potasio, así como en betacarotenos y vitaminas tan indispensables como la vitamina A o el ácido fólico o vitamina B9. En el caso de las legumbres, estas contienen una gran cantidad de aminoácidos esenciales, imprescindibles en la dieta, además de hidratos de carbono.

Mucho más que abrir, aliñar y servir

Verduras

España, que cuenta de norte a sur con zonas de gran tradición hortofrutícola, fue uno de los primeros países europeos en aprovechar las técnicas de conservación de vegetales —en 1880 se abría la primera fábrica en Logroño— y, en la actualidad, es uno de los líderes de la industria conservera a nivel mundial.

Incorporar las conservas de verduras a nuestras recetas es sencillo, y hay cientos de ideas para conseguirlo

Sea cual sea la presentación —en lata convencional, con abrefácil, en botes o bolsas herméticas—, lo que diferencia a las conservas vegetales españolas es la variedad y calidad de las materias primas. La gama de productos seleccionados De Nuestra Tierra de Carrefour nos permite ahora descubrir muchos de estos tesoros vegetales, como las pencas de acelgas, el cardo, la borraja, los corazones de alcachofas de Tudela o la menestra de verduras de Navarra.

Si bien las verduras en conserva no deben emplearse como sustituto de las frescas de temporada —las cuales debemos intentar incluir en nuestra dieta siempre que podamos—, lo cierto es que ayudan a confeccionar menús saludables con los que cumplir las recomendaciones diarias de las máximas autoridades sanitarias. Y aunque la receta de abrir un bote de verduras, aliñar y servir es una opción saludable, se puede ser un poco más creativo sin mucho esfuerzo.

Foto Verduras Frescas 3

Así, podemos preparar un plato muy completo para toda la familia como una estupenda menestra de verduras de Navarra. Los amantes de la verdura seguramente encuentren en esta receta de cardo con salsa de almendras una de sus elaboraciones más deliciosas. Y si estamos especialmente inspirados, un arroz con corazones de alcachofas, una verdura sabrosa y con multitud de propiedades —contiene magnesio, potasio, sodio, hierro, vitaminas A y B, ácidos cafeico y pantoteico, y flavonoides—.

En la selección De Nuestra Tierra encontraremos todas las conservas vegetales necesarias para dar a nuestros platos todo el sabor de la verdura y con la mitad del trabajo de preparación ya hecho.

Fotos | iStock - arfo, Monticelllo, MarianVejcik, Peter Wendt

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