Cuando llega el frío me gusta disfrutar de platos de cuchara, como primer plato o cena ligera pero reconfortante. Buscando ideas diferentes se me ocurrió adaptar la tradicional sopa borscht para preparar una crema sencilla pero que sorprenderá por su color. Con Halloween a la vuelta de la esquina no he podido resistirme a bautizarla como crema "sangrienta" de remolacha y tomate con yogur sin lactosa.
La verdad es que la remolacha es un vegetal que se utiliza poco en nuestras cocinas. Se suele reservar para ensaladas, pero os recomiendo comprarlas en crudo y cocinarlas en casa, ya que gana mucho en sabor. El color rojizo intenso que desprende es espectacular, y al combinarlo con los tomates se consigue una crema de tonos intensos que contrastan muy bien con el blanco del yogur sin lactosa.
Ingredientes
- 1 cebolla, 1 diente de ajo, 3 remolachas, 500 gr de tomate natural o en conserva, 500 ml de caldo o de agua, aceite de oliva, sal, pimienta negra, yogur natural Kaiku sin lactosa.
Cómo hacer crema "sangrienta" de remolacha y tomate con nata sin lactosa
Lavar bien las remolachas, desechar las hojas y trocear. Picar la cebolla y el diente de ajo. Lavar y pelar los tomates, si se usan naturales.
Poner a calentar un par de cucharadas de aceite de oliva en una cazuela y pochar la cebolla con el diente de ajo. Añadir la remolacha, dar unas vueltas a fuego fuerte y cubrir con el caldo. Llevar a ebullición, bajar el fuego y dejar cocer unos 10 minutos.
Incorporar el tomate y aplastar bien para que se integre con el resto de ingredientes. Sazonar con la pimienta y la sal y dejar cocer todo junto unos 15 minutos más.
Triturar con ayuda de una batidora hasta conseguir una textura suave y homogénea. Servir con un poco de yogur natural Kaiku sin lactosa.
Tiempo de elaboración | 40 minutos Dificultad | Fácil
Degustación
Estamos en pleno otoño por lo que lo mejor es servir esta crema “sangrienta” de remolacha y tomate con yogur sin lactosa bien calentita, ya que es un plato muy reconfortante. EL yogur natural Kaiku sin Lactosa le da un toque muy bonito gracias al contraste de colores, pero además enriquece el plato y mejora la textura final.
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Liliana Fuchs es una joven murciana que se trasladó a Madrid después de licenciarse en Historia de arte. Hace años le detectaron intolerancia a la lactosa pero eso no ha impedido que siga disfrutando de una de sus pasiones, la cocina rica y saludable. Actualmente es editora en Directo al Paladar
