En tierras valencianas es dónde se origina la tradición de beber horchata fresquita para aliviar los rigores del verano: yo recuerdo que mi abuela la hacía en casa, aunque también nos invitaba a merendar en la heladería un buen vaso de esta bebida azucarada, cuando finalizaba el curso de natación.
Y también de Valencia son originarios los ‘fartons’ que tan bien combinan con la horchata, de hecho muchos de vosotros no sabréis degustar un buen vaso de esta última si no saboreáis también estos dulces alargados y esponjosos.
Este verano hemos descubierto en casa como elaborar unos ‘fartons’ caseros, y estamos todos encantados (especialmente los niños) porque se trata de un dulce de bollería muy nutritivo y apto para reponer las energías que consumimos en verano. Os voy a enseñar cómo hacerlo.
Ingredientes (para unos 18 / 20 'fartons'):
- Para los ‘fartons’: 500 gramos de harina de fuerza, un pellizco pequeño de sal, 75 centilitros de agua, 75 centilitros de leche entera sin lactosa Kaiku, 75 centilitros de aceite de oliva, 150 gramos de azúcar, tres huevos medianos, 50 gramos de levadura de panadería.
Hay quien utiliza aceite de girasol para elaborarlos, pero para mí el de oliva es más saludable, y el resultado tiene mucha personalidad, a la vez que resulta delicioso
- Para el glaseado: 120 gramos de azúcar glacé, 10 centilitros de agua.
Cómo hacemos nuestros ‘fartons' valencianos con leche entera sin lactosa:
Primero mezclamos en un recipiente (mejor un bol ancho) grande, la harina, la sal y el azúcar, y lo reservamos unos minutos. En segundo lugar disolvemos la levadura con el agua, y echamos juntos el aceite y la leche en otro recipiente que puede ser más pequeño, ahora debemos batir bien los huevos incorporándolos a la preparación líquida, una vez agitados estos ingredientes se vierten también el agua y la levadura.
Si el bol dónde hemos puesto la harina es suficientemente ancho podemos utilizarlo para amasar: para ello formaremos un agujero en el centro en el que iremos añadiendo la mezcla líquida. Es el momento de amasar poco a poco hasta que nos quede una masa flexible y amarillenta que no se pegue a los dedos (si ocurre esto quiere decir que necesitamos un poco más de harina). Podemos dejar la masa sobre el banco de cocina tapada con un trapo limpio de algodón, dos horas aproximadamente para que repose, pero se debe procurar que el lugar sea fresco y no entre el sol directamente.
Con la masa haremos bolas pequeñas y después las convertiremos en unos rulos alargados y redondeados de 15 centímetros de largo, que colocaremos en la bandeja del horno separados para que no se peguen. Una vez hecho esto ponemos nuestros ‘fartons’ al horno precalentado (200º) durante 10 minutos. Mientras tanto preparamos el glaseado agitando el azúcar glacé con el agua, y tras sacar los dulces a enfriar (cuando se hayan dorado), lo aplicamos con un pincel. Aunque es tradicional cubrirlos con este preparado, también es posible espolvorearlos con azúcar glacé.
Ya casi están listos para comer (falta que se acaben de enfriar, si es que podéis esperar)
Degustación:
Como ya he indicado más arriba, los fartons resultan deliciosos acompañados de una buena horchata fría (buscad una que no contenga proteína lactea), aunque también nos servirán como desayuno reconfortante junto a una taza de café, y los niños disfrutarán sumergiendo su dulce en un vaso de leche sin lactosa con cacao soluble.
¿Queréis probarlos?
Dificultad | Media Tiempo de preparación | 60 minutos + reposo + horneado
Macarena González es una mamá a la que le gusta meterse en la cocina para elaborar platos clásicos, y también para experimentar con nuevas texturas y sabores. Está convencida de que la comida es fuente de salud, por eso cada día dedica tiempo a escoger los mejores ingredientes con los que preparar alimentos para su familia. Es editora en Peques y Más.