Cuando hablamos de intolerantes a la lactosa solemos asociarlo a personas adultas, pero cada vez más hay más niños que tienen problemas para digerir la lactosa de la leche. Hoy vamos a hablar de los niños y de cómo afrontar su intolerancia alimenticia.
Desde la experiencia, os recomiendo que el asunto sea tratado con la mayor naturalidad posible. Hay que explicarle que no puede tomar determinados alimentos porque le sentarán mal, pero no hay que crear tabús ni estigmas.
Hay que educarle en la búsqueda de alternativas y no limitarnos a prohibirle alimentos. Por ejemplo, no podrá comprarse todas las patatas del kiosco pero sí podemos indicarles cuales no llevan colorantes ni conservantes y sí son aptas para él.
Alternativas caseras a los productos industriales
Lo mismo ocurre con los caramelos de goma, nubes o demás chucherías. Es vital concienciar a los niños de la importancia de tener una dieta variada y saludable. Los dulces deben ser un premio y algo excepcional, sea intolerante a la lactosa o no.
Además, existen alternativas caseras hechas con gelatina y zumo de frutas deliciosas y por supuesto mucho más sanas. De hecho, tengo un amigo que su hijo pequeño es intolerante a la lactosa y preparan sus propias gominolas juntos. Les encanta compartir ese momento en la cocina y luego comérselas.
Con la bollería podemos hacer exactamente lo mismo: eliminar productos con grasas hidrogenadas, colorantes y demás químicos y preparar nosotros nuestras galletas, bizcochos y magdalenas. En su preparación usaremos nata y leche sin lactosa y os puedo asegurar que el resultado final es mucho más rico que la pastelería industrial.
En los cumples puede ser un poco más complicado pero hay un hecho muy positivo y es que todo el mundo está cada vez más concienciado y los padres de los demás cumpleaños suelen pedir consejo para ver qué ponen de merienda. Con vuestra ayuda y su compresión se superará.
Los colegios es el mejor ejemplo de concienciación posible. Por ejemplo el cole de mis peques hay intolerantes a la lactosa y al gluten y los desayunos son responsabilidad, cada día, de un padre distinto. Con la orientación de las profesoras se llevan galletas aptas, aunque lo mejor para los chiquitines es habituales a la fruta.
Cada vez existen más productos aptos para los intolerantes a la lactosa, como batidos de chocolate, yogures, queso o galletas. Pero si revisamos cuidadosamente el etiquetado de algunos alimentos, comprobaremos que están libres de lactosa. Hay que dedicarle tiempo y paciencia, pero nuestra salud ganará al eliminar conservantes y aditivos innecesarios.
Como veis, es cuestión de sustituir algunos alimentos y sobre todo apostar por un estilo de vida más saludable, con una alimentación más natural. Hay que empezar desde niños a educar en hábitos alimenticios saludables y si son intolerantes a la lactosa, todavía un poquito más.
Daniel Martínez es un gastrónomo empedernido. Desde hace un año a su mujer le detectaron intolerancia a la lactosa, desde entonces busca soluciones sencillas y ricas a la comida diaria. Actualmente es coordinador y editor de Directo al Paladar.
Fotos | Tetra pak, Steve Snodgrass