El otro día conocí a través de un amigo, a una pareja que va a participar en el Mongol Rally 09, que es un viaje de aventura con fines solidarios. Nos estaba contando su experiencia, lo que supone viajar por el desierto, el desafío y yo solo pensaba en preguntarle una cosa: ¿Qué se come en un viaje así? Cada uno tiene sus obsesiones y yo pienso en comida la mayor parte del día.
En este tipo de competiciones, se aprovecha para conocer la comida local, ya que así se descubre un país más de cerca y permite involucrarse y conocer la gastronomía y cultura local. De hecho, a veces es más aventura comer que atravesar medio mundo con el coche. Sin embargo, en medio del desierto es imposible encontrar comercios, por lo que los participantes se suelen hacer la cocina con un hornillo que llevan en su vehículo.
Aunque parece muy sencillo, requiere de una extrema planificación para no quedarse tirados sin nada que llevarse a la boca y mucha imaginación para que no sea aburrido ni se coma todos los días lo mismo. Nos contaban que el reto es comer bien, con poca variedad de alimentos y que tengan un gran aporte energético, por lo que los carbohidratos son imprescindibles.
También nos explicaron que los alimentos que llevan (limitados, porque no es furgoneta), tienen que contar con envases resistentes (adiós al cristal); que soporten la temperatura ambiente (adiós a las chocolatinas, por ejemplo) y que sean polivantes. Es decir, que puedas hacer varios platos con ellos como la pasta, el arroz o la sémola de trigo.
La comida deshidratada también juega un papel fundamental debido a su reducido espacio y porque soporta condiciones climatológicas adversas. Suelen llevar dos tipos de comida deshidratada, la que podemos encontrar en el super como puré de patata o leche en polvo; y también llevan las que se utilizan
Para beber siempre se procura comprar agua embotellada, pero cuando no es posible la tratarán con pastillas potabilizadoras, indispensables en alguna región del mundo. Las bebidas isotónicas en polvo nunca faltan en los rallys, ya que aportan energía, sales minerales y vitaminas extra para los tramos más duros.
La verdad es que nunca me había parado a pensar en el aspecto gastronómico de estas competiciones y me ha parecido muy curioso compartirlo con vosotros. Además, todos los proyectos solidarios me apasionan y más si el equipo que compite, formado por un asturiano y una catalana, se autollaman Fabes y Escalibada. Desde aquí les deseamos que la suerte les acompañe.
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