Dicen que el Rin ahora pasa por Girona. Que cada año, por estas fechas, desvía su curso hacía el sur, en un largo meandro, y nos trae los mejores vinos alemanes. Josep Roca y Michael Wöhr lo han conseguido. Y los aficionados lo celebramos.
Hace unos años hablar de vinos alemanes en España era poco más que "mentar la bicha". ¿Pero cómo, en Alemania hay vino? El desconocimiento da paso a la incredulidad o al abierto desprecio: El vino es mediterráneo, ¿cómo van a hacer buenos vinos con ese frío?
Pues sí, en Alemania se hace buen vino. Y no desde hace poco. Que se lo cuenten a las huestes romanas y a las diferentes órdenes monacales que se iban instalando a orillas del Rin y sus afluentes. Eso sí, no en cualquier lugar, era conveniente ir aprovechando las laderas más soleadas y mejor drenadas. Así nacieron parcelas hoy míticas entre los aficionados. Hasta cuenta la leyenda que Carlomagno, en un viaje por el Rin hacía su castillo de Ingelheim, iba alabando la conveniencia de la zona para la viticultura.
Pero ha pasado ya mucho tiempo desde entonces. Ahora, después del auge de la viticultura alemana del siglo XIX y su posterior declive a mediados del XX; lejos ya de las enormes producciones, de las chaptalizaciones sistemáticas, de las fermentaciones inacabables e inacabadas que llevaban al vino alemán de decepción en decepción; surge de nuevo la viticultura de calidad.
Los productores apuestan de nuevo por elaboraciones cuidadas y su tradicional y particular forma de entender la viña y la elaboración del vino. Y digo particular forma de entender la viticultura porque como ustedes verán la cosa no es fácil.
Siempre a la búsqueda de la maduración de la uva en un clima frío y lluvioso, el viticultor alemán cuenta con diversos recursos: la orientación de las parcelas y la inclinación en las laderas de los valles para obtener la máxima exposición al sol, los suelos pizarrosos con una buena absorción del calor y un buen drenaje del agua para evitar podredumbres, las técnicas de gestión de la cepa y de su follaje para favorecer la insolación y la correcta aireación del racimo, y por último las prácticas de recolección según la clasificación tradicional: maduraciones en su punto, vendimias tardías, selecciones de uva botrityzada, y la cada día más anecdótica cosecha helada, a más de 7ºC bajo cero, de su famoso Eiswein, el vino de hielo.
Pero volvamos al evento. Tema: Añada 2006 en Alemania. Lugar: Mas Marroch, en las afueras de Girona. Ponentes: 16 productores y 118 referencias a probar. Asistentes: decenas de profesionales del sector y aficionados recalcitrantes.
La jornada, en tres sesiones. Empezamos a las diez de la mañana con los secos: espumosos, básicos, Gran Cru (Grosses Gewächs), y hasta un tinto de Pinot Noir; después los dulces (Kabinett, Spätlese, Auslese) y superdulces (BA, Eiswein, TBA). Ahh, no se lo había dicho. Estamos hablando todo el rato de vino blanco, riesling en su mayoría. ¿No serán ustedes de los que piensan que el blanco no es vino para hombres? Blanco y dulce, ¡vaya una mariconada! Si piensan así, aun están a tiempo de dejar de leer.
Pero dejémonos de tintocentrismos y otras gilipolleces.
Los vinos de la añada 2006 que pudimos probar estan ahora mismo, en la mayoría de los casos, muy duros y cerrados. Poca intensidad aromática, algo de flor blanca y pera con mucha suerte. En boca es donde se expresan mejor en esta fase de su evolución: vinos agradablemente ácidos, un tanto angulosos, pero sabrosos y con graduaciones no muy elevadas. En esta ocasión, y en general, sin los rastros de sulfuroso que el año pasado perturbaron la cata.
De sur a norte.
Empezamos por el Palatinado (Pfalz). La climatología el 2006 en Pfalz fue muy complicada para los productores que no vendimiaron antes de las fuertes tormentas de la última semana de septiembre. A partir de esa fecha, las infecciones por hongos y el descarte de la uva fueron de lo más habitual. Y nos quedamos sin dulces. En el stand de Bürking-Wolf no estaban muy contentos. Fueron de las bodegas que no vendimiaron a tiempo. Ni dulces, ni casi nada. Este año solo trajeron dos vinos, ni tan siquiera pudieron elaborar su Grosses Gewächs (GG) del pago Gaisböhl. Nos tuvimos que conformar con su segundo vino, el genérico "Ruppertsberger Riesling 2006" y su básico "Riesling Trocken 2006". Dos vinos con poco interés en esta añada.
Seguimos con A. Christmann, la excepción en el Palatinado. Sus viñedos no debieron quedar afectados por las tormentas pues se presenta con sus dos Grand Crus a pleno rendimiento: "Mandelgarten Riesling 2006", e "Idig Riesling 2006", dos vinos con una nariz de lo más aromática, muy floral en el Mandelgarten y un poco más austera en Idig. En boca, muy expresivo el primero, goloso y largo; el segundo más cerrado y vegetal, pero ambos nos causaron una muy buena impresión. De lo mejorcito. Hasta se trajeron un BA: "Idig Beerenauslese Riesling 2006", con una nariz bastante expresiva de hierbas suizas y miel. La boca deliciosamente compensada en dulzor y acidez. Sin duda, la excepción.
Le tocaba el turno al Weingut Geheimer Rat Dr. von Bassermann-Jordan, con un básico, el "Forster Riesling 2006", sencillo y agradable; y dos de sus tres GG: "Jesuitengarten Riesling 2006" con otra excelente nariz, bien aromática, muy floral; y su "Kirchenstück Riesling 2006", con notas de parmesano y flor de arce, muy sabroso y largo en boca. Dos buenas elaboraciones. Sin duda. Otra de las bodegas del palatinado que debieron vendimiar a tiempo. Lástima que no llegamos a probar su "Stift Riesling Auslese Goldkapsel (GK) 2006" del que teníamos buenas referencias.
La última bodega del Palatinado en esta presentación fue el Weingut Ökonomierat Rebholz. Una de las bodegas de la zona que se caracteriza por sus trabajos con otras variedades diferentes a la Riesling y probablemente más conocidas en nuestras latitudes: Gewürztraminer, Muscat, incluso Pinot Noir. Llegaron a Girona con tres elaboraciones del 2006: su básico, "Vom Bundsandstein Riesling 2006"; y sus dos GG, "Im Sonnenschein Riesling 2006" y "Kastanienbusch Riesling 2006". Los tres de intensidad moderada tirando a buena, con notas extrañamente terpénicas, de talco y lanolina. Vinos agradables y bebibles pero, a mi modo de ver, con poca tipicidad Riesling. O mucha de su terruño... y castas vecinas. ¡Vaya usted a saber!
En nuestro camino hacia el norte llegamos al Reinhessen con la bodega Wittmann, un clásico de la zona. De este productor pudimos probar su básico, "Riesling Trocken 2006", y sus dos GG en seco: "Kirchspiel Riesling 2006", muy floral y golosito, con una nota muy curiosa de praliné (que a ciegas la hubiera achacado a la barrica si no fuera porque en teoría no lleva); y "Morstein Riesling 2006", con una buena nariz con notas de pera y fruta blanca; sin llegar a tiempo para los Mortein en dulce: Spätlese, Auslese y Aslese GK. Lástima.
Más al norte, en el Rheingau, nos encontramos con Georg Breuer y su "Rüdesheim Estate 2006", un básico del que ya les hablámos en su añada 2005. Ahora, en la 2006, fresco y agradable, con su estilo más vinoso, muy "francés". Su "Tierra Montosa 2006", otro vino sin pago determinado, tambien se deja beber bien, algo corto ahora mismo en nariz pero golosito y largo en boca. Seguimos la cata con sus dos GG: "Nonnenberg Riesling 2006", con una buena intensidad aromática y curiosas notas de sésamo que en un riesling desentonan un poco. Pecado de juventud, seguramente. Su "Berg Schlossberg 2006" peca también de sulfuroso, cerrado ahora mismo y algo alcohólico. En dulces, su "Berg Schlossberg Auslese GK 2006" tampoco enamora. Cerradísimo. A probar en unos años.
Y aun nos quedan Nahe y Mosela: con nada menos que nueve productores más, entre ellos el afamado Hermann Dönnhoff, los amigos Maximin Grünhaus, Fritz Haag y su pago del reloj de sol, y por supuesto, el intratable Egon Müller y sus Scharzhofbergers.
Así que, no se pierdan la próxima entrega.
En Directo al Paladar | Vinos Alemanes en Girona: Presentación de la cosecha 2006 (II) En Directo al Paladar | Glosario de términos del vino: Alemania