En el primer post de mi visita a la fábrica de hamburguesas de McDonald´s os hablé sobre la carne que se utiliza para hacer las “hamburguesas”, además algunos datos interesantes sobre seguridad alimentaria. Una sorpresa para muchos y no tanto para otros.
Hoy quería centrar mi último post de esta visita en dos temas que me gustaron mucho ya que eran la aplicación práctica de dos cosas que en Hostelería muchas veces no pasan de la teoría y ver que alguien llegaba a cumplirlo era genial. Lo primero es la seguridad en la cadena de producción y lo segundo la trazabilidad que hace posible que alguien que se come una hamburguesa en un momento dado sepa a qué vaca pertenecía.
Las hamburguesas (las de la foto) tienen varios procesos de fabricación: la carne llega y se revisa, se pica, se hace la forma, se congela, se introduce en cajas, se juntan las cajas en palés y se mantiene congelada hasta que el transporte se lleva los palés. Esto resumido.
Seguridad en el proceso de fabricación
La carne que llega se revisa para ver que se ha deshuesado según las normas de calidad impuestas a los proveedores. Esta carne llega etiquetada por exigencias de trazabilidad. Con un mecanismo de doble etiqueta que permitirá mantenerla identificada en todo momento.
La carne se pasa a la zona de producción por el mecanismo FIFO (First In First Out), lo que primero entra primero sale. Allí se pica en unas picadoras enormes que tienen el tamaño de dos plantas de altura a un grosor de 2 milímetros.
Después se pasa a dos líneas enormes, con unos 20 metros (a ojo) de largo, donde se les da forma y con sistema de nitrógeno se congelan en un minuto (es el tiempo que tardan las hamburguesas en atravesar los 20 metros). Al salir, pasan por un detector de metales (foto). Si se detectase algún metal, normal en carne procedente de ganado vacuno que ha sido sacrificado con unas pistolas de perdigones, la línea se abre y caen en un deposito que es verificado durante el turno y en los cambios de turno. Las hamburguesas se revisan manualmente para identificar el metal alojado.
Trazabilidad
Un estudiante de hostelería se pasa un 90% de su curso escuchando algo referente a la trazabilidad. Cuando ese estudiante pasa a su puesto, de trazabilidad se ve bastante poco, sobre todo si no se tiene la suerte de trabajar en un buen restaurante, hotel o en multinacionales de diferente índoles.
En la segunda parte de la visita a la fábrica de hamburguesas de McDonald´s nos explicaron varios detalles acerca de estos aspectos:
La vaca en la granja se la identifica con dos crotales (esos pendientes chulos que se les ponen).
En el matadero y sala de despiece se las identifica con números donde se registran los crotales, y todas las piezas de carne salen con el mismo número de lote. Además de otros datos como la fecha de despiece, etc.
En la fábrica de hamburguesas todos esos datos van a formar parte de unos códigos de barras. Hasta ahora, un lote de cajas con unas mismas características engloba los datos de la propia fabrica (hora de fabricación, caducidad, etc.) los datos del matadero (despiece, matanza, etc.) y los datos de la granja (que vaca era, edad, nombre, etc.).
Estos lotes de hamburguesas se distribuyen a través de varias plataformas de distribución a los restaurantes. Un restaurante hace un pedido y en las plataformas se construye.
El pedido saldrá con un código de barras, ese código indica el número de cajas de hamburguesas con el número de serie que se le dio en la fábrica que irán a XXXX restaurante de McDonald´s.
En el restaurante se anota cuando se pasa a producir hamburguesas de ese número de lote.
El sistema de trazabilidad lo que consigue es si alguna vez hubiese un problema podría identificarse rápidamente que número de lote fue y paralizarlos allí donde se encontrasen.
La visita a la fábrica de hamburguesas de McDonald´s ha resultado una experiencia bastante agradable debido principalmente a que pocas veces una persona, como yo, que le encanta la gastronomía desde el fast food hasta el good food tiene la oportunidad de verle la tripa a un grande. Parece que es una única vez en la vida y hay que aprovecharla.
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