Cualquiera que tenga un huerto y haya buscado en internet cómo plantar cierta hortaliza o combatir alguna plaga se habrá encontrado, seguro, con Toni Jardón.
Este informático de sistemas lleva una década subiendo vídeos a su canal de Youtube, La huertina de Toni, en el que enseña cómo trabajar un huerto familiar. Hoy por hoy tiene la friolera de 1,72 millones de seguidores y acumula casi 250 millones de visualizaciones, cifras que no dejan de ser sorprendentes para una cuenta cuyos últimos vídeos versan sobre cómo plantar minikiwis o hacer semilleros caseros.
Cuando Jardón empezó a subir estos contenidos, en 2012, apenas había información en internet sobre huertos. Él había aprendido gracias a los libros que sacaba de la biblioteca, pues en su familia tampoco nadie tenía ni idea de esto. Es ahora él quien firma su propio libro, Vente al huerto, un práctico manual para iniciarse en el mundo de la huerta familiar, con todo lo que ha prendido de forma autodidacta durante este tiempo.
“Yo desde pequeño siempre he sentido esa llamada, pero mi padre es ingeniero de minas, mi madre abogada, y mis abuelos paternos y maternos no eran de campo”, explica Jardón a DAP, con el que charlamos por videoconferencia. “Pero aún así yo siempre tuve inquietud y les pedí que me dejaran un cachito del jardín donde no salía nada, ni hierba ni nada.Y bueno, la verdad es que aunque no fuera con mucho éxito, disfrutaba un montón de sembrar cualquier grano de legumbre o lo que fuera”.
Pasado el tiempo, Jardón, que es natural de Tarragona y pasó la infancia en el Bajo Aragón, acabó viviendo en Oviedo, donde, allí sí, quiso tener una huerta de verdad. Pero no sabía ni por dónde empezar.
“Yo siempre había leído en libros que el cultivo más sencillo para cultivar era el rabanito”, apunta. “La primera vez que me puse a sembrar le pedí a un vecino que preparase el terreno y me encontré con mi sobre de semillas de rabanitos. sin saber que hacer. Me sonaba haber visto en televisión una especie de montículos y en esos montículos hay que sembrar. Pero no sbía muy bien dónde. No sé si hay que sembrar arriba, abajo o en el medio. Y con eso te digo todo”.
El nacimiento de un yotuber
Toni es, de largo, el más exitoso streamer de temática hortícola, pero no fue el primero. Había un profesor jubilado de Cantabria, Miracebo, que subía vídeos de su huerta. Toni le escribió para pedirle unos ajos elefante -una variedad de ajo gigante que crece bien en climas húmedos- y este le mandó un paquete con unos ajos. Eran los tiempos del internet romántico, en el que todo el mundo quería compartir conocimientos.
“Entonces dije 'voy a grabar un vídeo para enseñarle como los siembro”, explica Toni. “Lo subí a YouTube y tuvo bastante repercusión. La gente me pedía que subiera más. Y al mes y poco más o menos tocaba sembrar las habas de mayo y dije, bueno, pues voy a grabarlo en vídeo y lo subo y tal. A la gente le gustó y fue un poco esa la forma en la que nació la idea”.
Hoy La huertina de Toni cuenta con 443 vídeos, donde Jardón ha ido explicando lo que él mismo iba aprendiendo. Aunque tanto el mítico hortelano inglés John Seymour, como el que podríamos considerar su homólogo español, Mariano Bueno, son defensores del cultivo en bancal elevado, Jardón es el responsable último de que muchos incipientes hortelanos adoptaran este método: una forma más sencilla para empezar en la huerta que el clásico huerto de suelo, el tradicional de España.
El huerto familiar ecológico (CULTIVOS)
Como explica Jardón, el cultivo en bancales tiene múltiples ventajas: permite parcelar los cultivos -y por ende las plagas-, concentrar mejor el abono, evitar inundaciones y, encima, es más cómodo para trabajar la huerta, pues no hay que deslomarse tanto. “Después de haber cultivado de las dos formas, para mi tiene un montón de ventajas”, concluye.
Una huerta familiar y ecológica
Jardón cultiva su huerta en ecológico. En parte por motivos medioambientales, pero también porque, insiste, es mucho más barato.
“Tenía claro dos cosas”, explica Jardón. “Una era que no quería gastar mucho dinero en una cosa que era un hobby y una cosa para pasármelo bien y alimentarme, y otra era que quería productos naturales con sabor. Y sobre todo, como te digo, yo siempre he sido un apasionado de la naturaleza y para mí era fundamental el cuidar la tierra, porque al final estamos de prestado y tenemos que cuidar el entorno en el que estamos. Yo respeto a todo el mundo, cada uno que cultive como le dé la gana, como él lo disfrute. Pero para mí esas dos premisas eran fundamentales”.
Fiel al espíritu do it yourself, Jardón prepara todo lo que necesita para la huerta, incluido, por ejemplo, las infusiones de ajo, cebolla o cola de caballo, imprescindibles como plaguicidas en la huerta ecológica, que casi todo el mundo compra ya hechas.
Tampoco hay que llegar a tanto cuando se empieza en el huerto. De hecho, para los primerizos, Jardón recomienda ir muy poco a poco: “El primer año para mí debe ser un año de experimentación, Un año donde debemos empezar con poco, sobre todo para no sentirnos abrumados”.
¿Y qué plantamos primero? “Yo siempre digo que tú tienes que sembrar lo que te gusta comer”, explica Jardón. “Mi primera recomendación siempre son los rabanitos, pero si no te gustan los rabanitos, no los pongas, porque entonces no vas a disfrutar del trabajo bien hecho de haberlos cosechado. Si obviamos los rabanitos, porque realmente no hay mucha gente a la que les guste, empezaría con un cultivo de hoja, como una lechuga, una escarola, si estamos en otoño, acelga o espinaca. Sí, está claro que no son los productos que más nos apetece de la huerta. Nos apetece poner un tomate, que es lo que más a la gente le llama la atención, pero un cultivo de hojas es de ciclo más corto y lo empiezas a cosechar mucho antes. Para el tomate a lo mejor tiene que esperar dos meses y medio o tres. Una acelga o una lechuga la tienes en 30 o 50 días”.
Respecto a la moda de los huertos urbanos, Jardón es escéptico ante la posibilidad de tener una producción aceptable en un balcón: “Lo que más influye es la orientación del edificio, de la terraza en la que lo tengas. Si tienes una orientación norte-oeste, cultivar tomates es complicado porque las horas de sol que puede recibir el tomate no son las suficientes para que se desarrolle. Es donde más veo la limitación, no tanto en el espacio que también, sino en las horas de luz que recibe de sol”.
Ahora bien, los huertos urbanos están siendo la puerta de entrada de mucha gente a este mundillo y, además, como señala Jardón, está animando a muchos vecinos y ayuntamientos a impulsar los huertos comunitarios dentro de las ciudades. “Cada día hay más opciones, se está moviendo mucho la cosa”, asegura el hortelano.
Vente al huerto: Cultiva tus propios alimentos (NO FICCIÓN)
Lo mejor de la huerta es la propia huerta
Desde que estalló la pandemia la huerta ya no es exactamente un hobby: Jardón aparcó la informática y es ya un streamer profesional. “No tanto por la pandemia, sino por la paternidad, al final el ser padre es su trabajo y entonces tener dos trabajos más las niñas prefería sacrificar uno y dejé el trabajo que tenía”, explica.
Ahora bien, sigue fiel a sus principios. “Siempre ha sido por placer”, apunta. “El día que me deje de gustar hacer lo voy a dejar de hacer. Por mucho dinero que gane”.
Para Jardón, la huerta no es solo una forma de comer rico, que también, es una liberación: “Un huerto sobre todo te da el contacto con la tierra que tanta falta a veces nos hace a la gente que vivimos en ciudad. Hoy en día vivimos súper estresados. Para mí el huerto es una forma de frenar, de que sea tu espacio, de decir este es mi entorno, estoy aquí tranquilo. Te hablo en lo que ha sido para mí los primeros años, cuando yo trabajaba de administrador de redes. Era una forma de desconectar del trabajo. Para mí el huerto, sobre todo, es paz mental”.
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