De las legumbres a los pescados, las conservas pueden ser nuestro mejor aliado para comer bien, sin depender siempre de hacer la compra y planificar con antelación nuestros menús.
Muchas de las conservas más habituales, ya sea en lata o en bote, cumplen con todos los requisitos de lo que podemos considerar un buen alimento: máxime si lo comparamos con casi cualquier otro procesado.
Como norma general, la elaboración de las conservas de verduras, legumbres y pescados se limita a limpiarlos, cocerlos, y garantizar su seguridad mediante diversas técnicas que no alteran la composición nutricional de los productos.
Tener siempre a mano nuestras conservas favoritas, que sabemos utilizar con no demasiados añadidos, es una garantía de poder comer saludable cuando el tiempo aprieta sin tener que recurrir a opciones menos recomendables, como la mayoría de precocinados o la comida a domicilio. Pero, además, hay toda una serie de conservas imprescindibles para ahorrar tiempo (y planificación) a la hora de cocinar.
Hemos preguntado al equipo de Directo al Paladar por las conservas que nunca faltan en sus despensas. Aquellos botes y latas que, incluso, compramos siempre de más por miedo a que un día, justo cuando lo necesitas, se hayan acabadado. Y, además, compartimos algunos trucos sobre cómo utilizarlas. Apunta:
1. Tomate entero, troceado y triturado
Empezamos el listado para la que es, según un servidor, la conserva más importante de la alacena. El tomate es un ingrediente casi obligatorio en muchísimos guisos y los tomates de lata no so solo una alternativa a su versión en fresco fuera de temporada: en muchas ocasiones son mejores.
En casa de niguno de los editores faltan las latas de tomate en todas sus formas. Pakus y Liliana son adeptos a las conservas caseras de tomate que son el nova más.
Quizás los más versatiles son los tomates enteros pelados, ideales para muchos guisos y salsas de pasta, e imprescindibles en platos como la ensalada murciana, pero tanto el tomate triturado como el troceado son útiles en muchas otras elaboraciones.
2. Pimientos de piquillo
Carmen Tia Alia, Pakus y un servidor somos fieles a los botes de pimientos del piquillo. Yo, en concreto, por su relación calidad-precio, me declaro seguidor de los piquillos de Lodosa de la marca blanca Nuestra Tierra, de Carrefour, que nunca faltan en mi despensa.
Esta conserva es obligatoria para hacer pimientos rellenos, pero además sirven de guarnición socorrida para carnes o pescados, para completar ensaladas, darle vidilla a una tortilla francesa o como complemento en sándwiches y bocadillos.
Aunque solo se encuentran en el norte de España, últimamente me he hecho adicto también a las alegrias riojanas, un pimiento parecido al del piquillo, pero extremadamente picante, que uso para lo mismo que el piquillo normal, pero en menor cantidad. Para sándwiches y tortillas es lo más de lo más, aunque también mola cortado fino y con aceite de oliva para acompañar carnes y pescados.
3. Alcachofas
Aunque no hay nada que sustituya a la alcachofa fresca, su temporada es relativamente corta, y, de hecho, es necesario embotar una gran cantidad de alcachofa en conserva para aprovechar al máximo la producción.
Liliana Fuchs es una enamorada de la alcachofa nacional en conserva (en concreto, de las marcas Caprichos del Paladar, de Murcia, y Pedro Luis, de Tudela), que está deliciosa sin más añadido que un poco de aceite de oliva y sal, aunque también es excepcional en tortillas, ensaladas y todo tipo de guisos, como estas exquisitas alcachofas con almejas.
4. Anchoas
Para mi, sin duda, las anchoas son las reinas de las conservas de pescado. Y creo que también para muchos de mis compañeros. Si son de las buenas, me gusta desgustarlas solas o, a lo sumo, en una tostada con mantequilla; pero, de nuevo, estamos ante un ingrediente que mejora decenas de platos.
Imprescindible en muchos platos de pasta, como estos espaguetis con mejillones, también aporta potencia a los guisos de pollo, como el también italiano pollo a la cazadora, y es habitual en multitud de ensaladas.
Hay que recordar que, a diferencia del resto de alimentos de este artículo, la anchoa es en realidad una semiconserva, que debe guardarse siempre en el frigorífico.
5. Espárragos
Volvemos a la ribera del Ebro con una de las conservas estrellas de Navarra: los espárragos blancos. Aunque los espárragos cocinados en fresco son una delicia, es un producto caro y su temporada es muy corta, por lo que la forma más fácil de disfrutarlos es en lata.
Casi todo el equipo de Directo al Paladar es fan de los espárragos, que no necesitan demasiados añadidos para convertirse en una exquisita comida: un poco de aceite de oliva y sal, una mayonesa casera o, si nos ponemos creativos, un escabechado, bastan para disfrutar al máximo de esta conserva.
6. Aceitunas
Seguimos con otra de las conservas que no suele faltar en ninguna casa de España, tampoco en las nuestras: las aceitunas. Además de ser las reinas del aperitivo –solas o en forma de tapenade o hummus–, las aceitunas son también un complemento ideal para ensaladas o ensaladillas y un ingrediente fundamental en multitud de guisos de pollo.
Ni que decir tiene que hay aceitunas para todos los gustos. Liliana y un servidor somos adictos a las olivas negras de Aragón y Pakus a las rellenas de jalapeño del Mercadona, pero no hacemos ascos a casi ninguna variedad. En mi caso, parece que las colecciono.
7. Habas baby y guisantes
Las habas baby nunca faltan en la despensa de Carmen Tia Alia y Pakus, y los guisantes en la de Jaime de las Heras, pero ambos los utilizan para lo mismo: hacer huevos revueltos, una cena rápida que nunca falla.
Estas conservas también son ideales para utilizar en ensaladas, como esta de habas baby con bacalao. Y, claro está, pueden sustituir a la verdura fresca o congelada en elaboraciones tan populares como los guisantes con jamón.
8. Pepinillos
Los pepinillos son otro ingrediente comodín, que sirve para muchas cosas más allá del aperitivo. Para mi hace tiempo que se convirtieron en obligatorios en la ensaladilla rusa. También suelo tener pepinillos agridulces, típicos de Alemania, para aderezar sándwiches y bocadillos. Y me fascina la ensalada de morros, que se prepara en un santiamente con pepinillos y otros cuatro ingredientes.
Aunque no siempre nos acordamos, tampoco está de más guardar el líquido de los pepinillos, que tiene múltiples aplicaciones.
9. Tomate concentrado
Aunque el tomate concentrado no era muy habitual en España, cada vez es más fácil de encontrar en los supermercados, y no es de extrañar. Aunque se puede usar para sustituir al resto de tomates en conserva, lo cierto es que tiene un sabor característico, más potente, que es ideal para muchos platos. En las alacenas de Carmen Tia Alia, Liliana Fuchs y un servidor no falta nunca.
Yo lo echo siempre en las lentejas guisadas, me encanta para hacer los sofritos de los arroces y es ideal para dar un punch de sabor a salsas como la boloñesa.
10. Leche de coco
La leche de coco es un ingrediente fundamental en toda la cocina de la India y buena parte del sudeste asiático y no falta ya en la alacena de la mayoría de los que escribimos en esta vuestra querida página.
Imprescindible en un buen pollo al curry y en todo tipo de guisos tailandeses, la leche de coco se ha hecho también un imprescindible entre el público vegano, dado lo grata que resulta para sutituir a la leche de vaca en muchas elaboraciones de repostería, como la nata o, incluso, las torrijas.
11. Legumbres cocidas
Todos los editores tienen botes de legumbres cocidas en la despensa, un aliado fundamental para improvisar cenas y comidas. Las legumbres en conserva brillan en ensaladas, pero también sirven para hacer snacks, como estos garbanzos especiados o el siempre recurrente hummus.
El líquido de gobierno de las conservas de legumbres, conocido como aquafaba, es además un ingrediene muy útil en multitud de elaboraciones, muy apreciadas por los veganos.
12. Bonito, atún, caballa o melva
No hay casa española que no tenga en la alacena unas cuantas latas de alguno de estos pescados azules: de especies distintas, aunque parecidos en sabor y usos. Hay multitud de recetas que tienen como protagonista al atún de lata, que sirve, además, como añadido perfecto a ensaladas, sándwiches o platos de pasta.
En casa de Jaime de las Heras no perdonan los bocadillos de caballa en aceite, ni las papas aliñadas con un poco de melva canutera. Liliana Fuchs es más de atún al natural, que prefiere aliñar a su justo, aunque siempre guarda un buen tarro de bonito en aceite para ocasiones especiales. Y un servidor tiene está receta de sándwich de atún como uno de sus comodines para cenas rápidas o comidas de picnic.
13. Setas deshidratadas o en bote
Las setas deshidratadas o en bote nos permiten disfrutar de los hongos fuera del otoño o la primavera, cuando se suelen encontrar frescos.
Son mulitudes los platos que se pueden hacer con setas en conserva, prácticamente los mismos que con su equivalente fresco: tortillas, revueltos, platos de pasta, arroces... Casi todas nuestras recetas con setas admiten conservas.
14. Mejillones
Los mejillones en escabeche son los reyes del picoteo. Solo acompañados de unas patatas chips son un bodado de dioses, pero tienen muchas otras aplicaciones: desde hacer un paté de mejillones a mezclarlos con berenjena.
15. Sardinillas
Otra conserva que no falta en casi ninguna de las casas de los editores de Directo al Paladar. En mi caso, porque le pirran a mi hijo: es el comodín perfecto para apañar una cena saludable en un santiamén. Pero al margen de comerlas solas, son un relleno perfecto para una empanada y se pueden incluso transformar en una crema.
16. Judías verdes
Las judías verdes en bote no están tan ricas como las frescas pero, de nuevo, nos salvan una comida en un santiamén. Yo tengo siempre algún bote de las planas para hacerlas con sofrito de ajo y jamón. Liliana las prefiere redondas, que adora en ensaladas templadas o platos calientes.
17. Berberechos
Aunque los berberechos frescos son una delicia, no se encuentran buenos todo el año. Sin embargo, podemos tener siempre una buena lata de berberechos para el aperitivo. No son baratos, pero están buenísimos.
A Pakus le gusta añadir a la lata unas gotas de vinagre, que realzan mucho el sabor de los mejillones. A mi hace tiempo que me conquistó la mítica salsa de vermú catalana –la más famosa es de la marca Espinaler–, que eleva los berberechos de lata a otra dimensión.
18. Pulpa de pimiento choricero
Aunque los pimientos chorieros y ñoras se suelen consumir secos y, por tanto, son ya una conserva, de un tiempo a esta parte suelo tener también botes de pulpa de pimiento choricero, que evitan el tedioso proceso de rehidratación y extracción de la pulpa.
El pimento choricero es indispensable para hacer la salsa vizcaina, y todos los platos asociados a esta, pero también va bien en muchos platos de legumbres y guisos, para los que no andarías rehidratando el pimiento en seco.
19. Chucrut
Aunque esta col fermentada típica de Alemania se puede hacer casera, la hay buena en conserva y, para nuestra compañera Liliana Fuchs, es un imprescindible.
“Me gusta frío como ensalada”, explica. “O como guarnición de tortillas, huevos revueltos o cocidos, también en ensaladas/salteados de legumbres o sobre pan. Y de guarnición de pollo asado o pescado”.
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