Cada cierto tiempo aparece un titular que nos viene muy bien para justificar nuestras cenas, barbacoas y copas con amigos. Un titular tipo "beber alcohol de tres a cuatro veces por semana reduce el riesgo de sufrir diabetes tipo 2, pero sin pasarse". Aunque parezca increíble, esta afirmación existe.
Podemos imaginar a otros científicos -los que demostraron en 2016 que ese año fallecieron más de 780.000 personas por enfermedades coronarias derivadas del consumo de alcohol, por ejemplo- dándose cabezazos contra la pared cada vez que aparece un estudio sobre los beneficios de bebidas alcohólicas.
El último viene de Dinamarca. A los científicos daneses les da igual lo que diga la Organización Mundial de la Salud (OMS) y fomentan el consumo (moderado) de alcohol. Vamos a ver qué cuenta su estudio sobre la frecuencia del consumo y la diabetes, qué ha dicho anteriormente la ciencia. Y con los datos, que cada uno beba lo que quiera.
Lo que dicen los daneses sobre alcohol y diabetes
La investigación realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública de la Universidad del Sur de Dinamarca aparece publicada en la revista Diabetologia. El objetivo que se planteaba este estudio era "examinar la relación entre los patrones de consumo de alcohol y el riesgo de diabetes en hombres y mujeres de la población general danesa".
Para ello se pidió a 76.484 personas que rellenasen una encuesta sobre sus hábitos de consumo de alcohol: la frecuencia con la que bebían vino, cerveza y bebidas espirituosas, para así obtener una media de la ingesta semanal de alcohol y relacionarla con la incidencia de diabetes tipo 2.
Entre otras conclusiones observaron que "beber alcohol moderadamente de tres a cuatro veces a la semana podría reducir el riesgo de diabetes de una mujer en un 32% y un 27% en hombres, en comparación con las personas que beben menos de un día a la semana".
"Los hombres que beben de una a seis cervezas a la semana reducen el riesgo de sufrir diabetes en un 21% respecto a los hombres que solo beben una cerveza a la semana".
En una entrevista concedida a la BBC, la responsable de Alcohol, Drogas y Tabaco en la Dirección de Salud y Bienestar del sistema de Salud Pública de Inglaterra, Rosanna O'Connor, fue tajante:
"No ayuda hablar sobre el efecto del consumo de alcohol solo en la diabetes. El consumo de alcohol contribuye a un gran número de otras enfermedades graves, incluyendo varios tipos de cáncer, enfermedades del corazón y enfermedades del hígado, por lo que la gente debe tener esto en cuenta al pensar en la cantidad que se consume".
Muy interesante fue también la reflexión del equipo de investigadores daneses en la misma entrevista: "Cualquier cantidad de alcohol aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades gastrointestinales, como afecciones hepáticas y pancreatitis... El alcohol está asociado a 50 diferentes enfermedades, así que no estamos diciendo "adelante, bebed alcohol", aseguró la directora de la investigación.
Los riesgos del consumo de alcohol
"En principal problema en estos estudios es que no suelen analizar todo el consumo total de bebidas. Y ahí surge una pregunta evidente: "¿Qué bebe la gente que no bebe alcohol?"
El estudio habla de 14 bebidas a la semana: imaginemos que es un vasito de vino o cerveza con las comidas. ¿Qué pasa si en lugar de vino tomamos refrescos azucarados? Que el resultado, de cara a la diabetes, es mejor el del alcohol. ¿Y si tomamos agua? ¿Y si bebemos sirope de arce? ¿Y si nos ponemos un batido americano con extra de helado?
El estudio llega hasta donde llega, pero es evidente que la dicotomía bebedores/abstemios no es todo lo informativa que nos gustaría en este caso si no estudiamos los patrones no alcohólicos", explica Javier Jiménez, analista científico y experto en metodología e historia de la ciencia.
De hecho, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer ya advirtió en 2016 sobre el aumento del riesgo de sufrir seis posibles tipos de cáncer relacionados con el consumo de alcohol: colorrectal, mama, esofágico, hígado, estómago y boca-garganta. El mito del "saludable consumo moderado" ha sido desmontado anteriormente con varios estudios y la supuesta prevención de enfermedades cardiovasculares tampoco se sostiene, según la ciencia.
No podemos olvidar que Dinamarca, precisamente, es uno de los países nórdicos con un nivel socioeconómico más alto, una población que se preocupa por su salud, bici hasta para ir a comprar el pan y una evolución de su dieta hacia productos ecológicos, con más presencia de verduras, hortalizas, legumbres y pequeños bocados de salmón.
Quizás -y solo quizás- todo lo anterior ayuda a reducir el riesgo de sufrir diabetes más que su medio vaso de cerveza artesana. Y quizás quien consume o no consume alcohol no necesita más argumentos científicos para seguir haciéndolo.
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