Lo anunciaron hace unos meses por todo lo alto y ya está disponible en todos los supermercados estadounidenses. Se trata de un híbrido de mayonesa y kétchup que Heinz ha bautizado como Mayochup y ha causado una enorme expectación.
Pero ¿en qué se diferencia de nuestra salsa rosa? Básicamente, en nada. Tampoco parece ser muy distinta a una salsa que en EEUU se conoce como fry sauce, muy extendida como acompañamiento de las patatas fritas. Esta se compone de una parte de kétchup y dos de mayonesa, más o menos la proporción estándar de la salsa rosa, que siempre lleva más mayonesa que kétchup. En Latinoamérica también existe desde hace décadas una salsa similar, conocida como salsa golf.
No cabe duda de que la operación de Heinz es todo un acierto de marketing. Cuando la compañía anunció el lanzamiento de Mayochup se montó la típica algarada de Twitter. La combinación de kétchup y mayonesa era algo que muchas personas consideraban innecesario, máxime existiendo ya la susodicha fry sauce, que comercializan otras marcas con ese nombre.
El nombre Mayochup fue puesto en entredicho y Heinz llegó incluso a publicar una encuesta en Twitter preguntando a los consumidores por otros nombres. Por un tiempo, pareció que Tomayo podía reemplazar a la primera opción valorada por Heinz, pero finalmente la salsa ha llegado a las tiendas con su controvertida denominación primigenia.
Kétchup vs. Mayonesa
El movimiento de Heinz puede parecer una estupidez, pero está más que calculado. La compañía controla el 60 % del mercado de kétchup en los Estados Unidos y el 80 % en Europa. Se trata esta de la segunda salsa más vendida del mundo, superada tan solo por la mayonesa.
Aunque las ventas de mayonesa han caído un 6,7 % entre 2012 y 2017, los estadounidenses se gastan 2.000 millones al año en comprar esta salsa, frente a los 800 millones de dólares que gastan en kétchup. Y, si bien Heinz es el rey absoluto de la salsa de tomate preferida por los americanos, su mayonesa no tiene nada que hacer frente a la de Hellmann´s, que controla la mitad de todo el mercado. Para Heinz, colocar su perdedora mayonesa junto a su victorioso kétchup no puede hacer más que reforzar el flanco débil.
El movimiento de Heinz no es para nada casual, y llega justo después de que Hellmann´s lanzara su Real Ketchup, anunciándolo como la “reinvención” del clásico, con una lista de ingredientes más minimalista, sin jarabe de maíz alto en fructosa ni transgénicos. Al poco tiempo (no es broma) Heinz lanzó su Real Mayonnaise, elaborada solo con huevos de gallinas libres de jaula, pero pronto vieron en Mayochup, un producto que ya se había lanzado en Oriente Medio, la ofensiva definitiva.
“Inmediatamente cambiamos el rumbo una vez que vimos las noticias de que Mayochup estaba ganando impulso en los medios del Reino Unido y en las redes sociales”, aseguró Nicole Kulwicki, directora de marketing de Heinz, a PRWeek. “Nuestro objetivo era ser trending topic lo más rápido posible para participar en una conversación relevante para la marca y presentar la mayonesa Heinz”.
Falta saber si la estrategia funcionará en EEUU, pero la guerra de las salsas está lejos de terminarse.
Continuará.
Imágenes | Heinz
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