Dentro de lo que parece una serie de medidas proteccionistas del gobierno argentino, ha salido en los medios una noticia a la luz que afecta a uno de los productos estrella de nuestro país: el jamón. Y es que al parecer Argentina cierra sus fronteras a la importación de jamón.
La cuestión es un poco más compleja de lo que parece a primera vista. Todo parte de que su producción cárnica no es suficiente para abastecer a la población, por lo que debe importar materia prima, principalmente de Brasil. Esto es algo que el gobierno quiere solucionar, y así es como ha llegado un acuerdo con la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines.
Según ese acuerdo, los ganaderos argentinos se autolimitan en las compras de materia prima porcina del exterior, a la vez que se comprometen a aumentar la producción propia. Todo ello a cambio de prohibir la importación de jamón, no sólo de España, sino de cualquier otro país, como Brasil e Italia, que forman por ese orden la terna de los mayores exportadores a Argentina.
Visto así, parece más una concesión que ha tenido que hacer el gobierno argentino para conseguir un compromiso mayor de producción propia, que una decisión política de “ataque”. Además, hay que tener en cuenta que el mercado argentino no representa más del 1% de las exportaciones españolas.
No he probado nunca jamón argentino, así que no me atrevería a opinar sobre su calidad, ni tampoco tengo información de la diferencia de precio entre uno y otro, pero estoy seguro que es una noticia que entristecerá a más de uno, porque no hay nada como un jamón ibérico recién cortado.
¿Se convertirá el jamón ibérico en un producto de contrabando?
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