Tanto en presentación como en sabor, el arroz salvaje se convierte en un aliado en la cocina, su combinación no tiene límites, proporcionándonos elaboraciones dignas del paladar más exigente.
El arroz salvaje, también conocido como zizania o grano de agua, es la semilla de la “avena de agua” o “arroz indio”, se trata de una planta acuática que crece en los suelos pantanosos de América del Norte y sur de Canadá de forma silvestre, pudiendo alcanzar los tres metros de altura y sirviendo de alimento básico a los indios Chipewa.
El color marrón oscuro tirando a verde que presenta el arroz salvaje se debe a que conserva su cáscara, es más largo y fino que es arroz de grano largo y su sabor es delicioso, recuerda a la avellana, con una textura crujiente.
Para que sea más asequible, lo comercializan generalmente mezclado con arroz blanco, lo que es un error, pues el arroz salvaje precisa de más tiempo de cocción, unos 30-40 minutos, pero depende de la textura que desee cada uno. Al igual que las legumbres, se puede dejar en remojo la noche anterior, lo que reduciría así el tiempo de cocción.
Este grano absorbe hasta cuatro veces su volumen en agua, así que no hace falta poner mucha cantidad, es ideal mezclarlo con arroz Basmati, una delicia para introducir en ensaladas, servir como guarnición o hacer rellenos para carnes.
Si no lo has probado, te recomendamos que no tardes mucho, puedes encontrarlo en los supermercados en cajas de cartón, y si deseas adquirir un paquete con el grano de arroz salvaje solo, es más posible encontrarlo en tiendas de dietética, pero también puedes comprarlo online.
Si lo consumes habitualmente, ¿cómo lo elaboras?
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