Si algo se llevó por delante la crisis económica que empezó en 2007 y que venimos sufriendo desde entonces, fue el sector inmobiliario. La conocida burbuja inmobiliaria explotó y se llevó por delante miles de puestos de trabajo. Pero por desgracia, parece que esa no fue la única burbuja se infló en la época del dinero barajo. Hay otra menos conocida, pero igualmente importante porque afecta a nuestro paladar. Es la burbuja del sector pesquero en España.
Condiciones de Trabajo
Allí estaba yo. Apenas un adolescente en el puerto de Getaria, en el País Vasco. Habíamos ido a ver un barco pesquero de lo que, en verano, se dedican o dedicaban a la captura del bonito del norte. Aluciné con las condiciones de vida y trabajo de aquellos pescadores. Desde entonces, siempre he pensado que el pescado es barato. En la temporada de verano, la única en la que los barcos pesqueros de entonces podían faenar, miles de ellos se hacían a la mar durante aproximadamente un mes. Al cabo de ese mes, volvían a puerto. Al cabo de apenas 48 volvían a zarpar para pasarse otro mes en el mar.
Las condiciones de vida y trabajo en una barco de 20 metros de largo (eslora) por 7 de ancho (manga) se parecen como un huevo a una castaña, a las que yo mismo tengo en mi cómoda oficina de ciudad. Los camarotes son compartidos y como hay que vigilar siempre, no todo el mundo puede dormir a la vez. Apenas parecen nichos. Las duchas son con agua salada. Y por supuesto, que todo vaya bien. No sé si sería leyenda, pero un marinero nos dijo que había visto partirse barcos en dos, tras caer del pico de una ola en plena mar arbolada. En definitiva, un trabajo duro y por qué no decirlo, vocacional.
Ni que decir tiene, que cualquier ayuda para mejorar estas condiciones de trabajo, sería más que bienvenida.
Las ayudas europeas
El sector pesquero en España era muy importante, como también lo era para muchos otros países de la UE. Al igual que en el caso de la PAC (Política Agraria Común), desde Europa se han venido concediendo ayudas al sector desde 1994. En concreto y según fishsubsidy.org/,
La flota de pesca europea recibió entre 1994 y 2006 ayudas públicas por un total de 3.400 millones de euros procedentes del Instrumento Financiero de Orientación para la Pesca (IFOP). El presupuesto comunitario aportó 2.300 millones a esta cantidad, y los 1.100 millones restantes proceden de la cofinanciación aportada por los Estados miembros. Un 48% de esta suma se destinó a la construcción o la modernización de buques, mientras que un 40% fue dedicado al desguace. En total se concedieron 39.174 ayudas.
De estos subsidios, España se llevó la parte del león por cierto.
Y llegó la crisis financiera
Muchos armadores, alentados por estas ayudas se lanzaron a renovar sus barcos o ampliarlos. Muchos se hipotecaron en sus propios buques, con la esperanza de mejorar los barcos y conseguir más beneficios. Pero la crisis se llevó por delante estas perspectivas. El problema como señala este artículo de New York Times, es que estos nuevos botes eran más grandes y mejores, pero también más caros de mantener (no olvidemos que el coste del gasoil se ha incrementado mucho) y ejercen mayor presión sobre las poblaciones de peces. Muy especialmente sobre el Atún rojo del Mediterráneo, que vio limitadas sus capturas, para evitar su extinción.
Por ejemplo, hay intentos de criar Atún Rojo en cautividad, pero es bastante más complicado que con especies como la Dorada. Además, aunque no he logrado encontrar un cálculo, mucho me temo que la energía que nos cuesta criar un atún en cautividad, supere con creces la que conseguimos al consumirlo, como apuntamos con el peak oil en los alimentos. De hecho, parece que por cada 1 Cal que consumimos, gastamos 10 Cal en producirla. No es sostenible.
Menos consumo, más gastos, cuotas limitadas, subsidios reducidos. El impacto para el sector pesquero se ha hecho notar, y no parece que tenga fácil solución. Por un lado las políticas de subsidios fomentaron la modernización de barcos, por otra los propios pescadores pensaron que podrían ganar más, y todo ello fue engrasado con dinero barato.
Una trampa de deudas, que como en el caso de las hipotecas y el sector inmobiliario, puede dejarnos con una industria pesquera zombie durante mucho tiempo. Tenemos más de 3000Km de costa, algo habrá que hacer.
Imagen | Por Saboreando Asturias, Por felix sanchez villarejo
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