Una de las ciudades que hemos visitado en nuestro recorrido turístico por la República Dominicana ha sido Higüey, una ciudad que se encuentra situada en el extremo oriental de la isla, siendo un importante núcleo urbano con más de 100.000 habitantes.
En la ciudad podemos encontrar pequeños y numerosos establecimientos que ofrecen comida rápida, solicitar alguno de sus preparados puede ser una ardua tarea, sobre todo por el regateo del precio. Pero volviendo al tema, algo que nos llamó la atención son las pequeñas carnicerías del lugar, en ellas se exponen diversas piezas de carne que han sido curadas con el calor del sol y mucha sal.
En la foto podéis ver al lado izquierdo carne fresca y al lado derecho carne conservada de esta peculiar manera. Cuando la carne fresca obtenida de la matanza del día no se vende, pasa a ser salada y curada, este tipo de carne requiere de una prolongada cocción de unos 90 minutos y el sabor (por lo que dicen) nada tiene que ver con la carne fresca.
La verdad es que las medidas higiénicas brillan por su ausencia y para quien no está acostumbrado, la carne en cuestión puede ser repulsiva tanto en aspecto como en sabor. La falta de medios obliga a conservar de este modo la carne, especialmente para los colectivos más desfavorecidos del país que no disponen de una nevera donde poder conservar los alimentos.