El cocinero Alberto Chicote ha sido testigo en directo de algunas de las redadas efectuadas por la Guardia Civil en la bautizada como Operación Tarantelo: la mayor operación de la historia contra el mercado negro de atún rojo, que se saldó la semana pasada con 79 detenidos, la intervención de 80.000 kilos de atún rojo y el desmantelamiento de una trama delictiva cuyos beneficios brutos podrían superar los 12 millones de euros anuales.
Como reconoció la propia Guardia Civil, y hemos podido ver en la nueva entrega del programa de La Sexta ¿Te lo vas a comer?, la intervención se tuvo que adelantar tras comprobar que una persona había estado hospitalizada por grave intoxicación tras consumir atún rojo en mal estado, y es que el atún pescado furtivamente en aguas de Malta, que se traía de estraperlo a España, no cumplía las condiciones de congelación a las que se somete normalmente al pescado.
Mientras las capturas legales (nunca mayores al cupo establecido) que se transportaban en la bodega del barco cumplían toda la normativa, las ilegales se escondían, incluso atadas en la parte inferior de la embarcación y bajo el agua, y como han recogido las cámaras de la Sexta se almacenaban en pésimas condiciones.
El riesgo que implica esta deficiente conservación es la posible intoxicación por altos niveles de histamina, una alteración que se produce cuando un aminoácido presente en el pescado, la histidina, se transforma por acción de las bacterias debido a una incorrecta manipulación. La intoxicación se presenta de forma similar a una reacción alérgica muy fuerte y puede causar enrojecimiento de la piel, náuseas, vómitos, diarreas o dolor de cabeza. No es especialmente grave, pero sí bastante aparatosa.
Ya el pasado año, la Comisión Europea reclamó a España que tomara medidas urgentes para detener el fraude en el atún, después de que se registraran en Italia y Francia dos alertas alimentarias por altos niveles de histamina en lotes de atún procedentes de España que a día de hoy no sabemos si estaban relacionados con la trama.
Un imperio de atún fraudulento
Ya a mediados de septiembre, El Confidencial adelantó que la Guardia Civil había puesto al descubierto un entramado de empresas pesqueras y distribuidoras a cuya cabeza esta el Grupo Ricardo Fuentes e Hijos que presuntamente se habría dedicado en los últimos años a importar atún rojo no declarado desde Malta para blanquearlo en España y comercializarlo en los mercados nacional e internacional.
No es una empresa cualquiera. Fundada en 1984 por Francisco Fuentes, la compañía se jactaba en 2003 de haber capturado 16.000 toneladas de atún rojo, la mitad de todo lo pescado en el Mediterráneo. Es el mayor operador de atún rojo atlántico, tanto de almadraba como el de engorde, y, según El Confidencial, siempre había recaído sobre la compañía la sospecha de que declaraba solo una parte de lo que pescaba.
El grueso de la operación se llevó a cabo en junio, cuando se realizaron 29 registros en mercados mayoristas y a una decena de sociedades pesqueras y distribuidoras en 12 provincias.
La Guardia Civil asegura que la organización delictiva se organizaba en tres niveles: en lo alto de la pirámide de mando estarían los directivos de la empresa familiar del Grupo Fuentes; luego, las dos sociedades valencianas que actuarían como las grandes distribuidoras (Pescnort Mar y Mafishval); y, finalmente, el resto de las compañías, pequeñas distribuidoras que llevaban el atún a exportadoras como Petaca Chico y mercados mayoristas como Mercabarna o Mercamadrid.
El programa grabó tres registros. El primero se realizó en la vivienda del responsable de una de estas empresas, donde se encontraron 100.000 euros en efectivo. En segundo en una de las naves del Grupo Fuentes, donde se encontraron ejemplares posiblemente fraudulentos e indicios del añadido de aditivos ilegales al mismo, destinados supuestamente a pigmentar las piezas. Por último, en una de las naves donde la trama realizaba las operaciones ilegales, donde se encontraron atunes enteros provenientes de Italia sin trazabilidad ninguna.
La operación se llevó a cabo en lugares similar, con intervenciones simultaneas, en 20 provincias.
“No se va a vender pescado en una semana”
Como reconoce a Directo al Paladar Mª Luisa Álvarez Blanco, directora gerente de la Federación Nacional de Asociaciones Provinciales de Empresarios Detallistas de Pescados y Productos Congelados (Fedepesca) la operación ha tenido un enorme impacto en el sector.
“Los primeros sorprendidos han sido los usuarios del mercado mayorista, pero te da tranquilidad que haya caído una red de esas dimensiones”, apunta. “Los detallistas compran en lonjas autorizadas y tenemos que estar seguros de lo que se vende ahí es un producto legal”.
Álvarez Blanco hace dos lecturas encontradas de la operación. Por un lado, se alegra de esta, pues “demuestra que afortunadamente funciona el control y la inspección”; pero se entristece del impacto que estas noticias tienen sobre el conjunto de la industria pesquera, “pues provoca desconfianza en todo el sector”.
“Estamos preocupados por con la continua explotación mediática relacionada con la alimentación”, reconoce Álvarez Blanco. “La gente ha visto a Chicote con atunes tirados por el suelo y no se va a vender ni comer pescado en una semana. Está cayendo el consumo porque continuamente aparecen en medios noticias negativas sobre la acuicultura y la pesca. El producto pesquero tiene muy pocas alarmas con incidencia importante para la salud, pero la gente se asusta y lo que hace es dejar de comer productos frescos, y eso sí que es malo”.
Si cuesta menos de 30 euros el kilo, no es atún rojo
El precio del atún rojo no suele ser nunca inferior a los 30 euros el kilo y, sin embargo, como ha explicado Chicote en el programa, la trama lo comercializaba a cuatro euros.
No es fácil detectar por el color o el olor un atún en mal estado, para el que no se haya respetado la cadena de frío. Solo se detecta pues tiene un sabor ligeramente picante pero, como apunta la gerente de Fedepesca, para el usuario final la primera señal de alarma de que estamos ante un producto que no es de fiar es el precio: “No se dan duros por pesetas. Saltarse las normas es más barato que cumplirlas. Si tienes toda la trazabilidad, todos los requisitos, es más caro. No puedes encontrar atún rojo legal por debajo de determinado precio: o no es atún rojo o es ilegal”.
Imágenes | La Sexta/Guardia Civil/Promo Madrid/Pixabay
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