Cómo preparar en casa harina de repostería

Esther Clemente

Colaborador

Soy una chica coruñesa, veterinaria de profesión y que por circunstancias de la vida acabé viviendo en Asturias donde llevo ya una buena temporada. Cuando me preguntan por qué me gusta tanto cocinar, siempre respondo lo mismo: "¡Por qué mi madre odia meterse en la cocina!".

No sé si a vosotros os ha pasado algún día que estuvierais enfrascados en la cocina, a mi muchas veces, me pongo a preparar un bizcocho y ¡vaya! cuando leo los ingredientes me falta harina de repostería y además por lo general, suele ser domingo y con todas las tiendas cerradas. Ahora ya no me preocupa, pues tengo la manera de solucionar este problema de forma casera, y esto es preparando mi propia harina de repostería. Hoy os voy a explicar cómo hacerla de una manera muy sencilla para esos momentos en donde no disponemos de la comercial.

La harina de repostería es una harina baja en proteína, con un contenido de alrededor del 8%, alta cantidad de almidón y normalmente es blanqueada o clorada. Esto le proporciona un color blanco mucho más claro que la harina de todo uso y una textura mucho más fina. Es por ello que este tipo de harina se recomienda que se tamice varias veces, antes de agregarla al pastel, para evitar que se formen grumos.

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Esta harina como su nombre bien indica se emplea principalmente para pasteles, galletas y productos que vayan a ser horneados. Su bajo contenido en proteína hace que desarrolle más miga y nos proporcione un bizcocho o un pastel de textura mucho más suave y esponjosa, pero no debe de ser utilizada para panes o masas fermentadas con levadura de panadería, pues no es lo suficientemente fuerte.

Para prepararla debéis de seguir unos pasos bien sencillos que comenzarían midiendo la harina qué vais a necesitar para vuestra receta. Esta cantidad en total la repartimos en grupos de 120 gramos, a cada uno de estos grupos le retiramos dos cucharadas soperas que devolvemos a nuestro recipiente de harina de todo uso, y estas dos cucharadas las sustituimos por dos cucharadas soperas de harina refinada de maíz.

El siguiente paso sería mezclar bien, tamizando unas cuatro o cinco veces la mezcla de harinas para que se aireen y se incorporen una con otra. Ahora ya podéis utilizar esta harina para vuestros pasteles y bizcochos como un sustituto, para un momento de apuro, de la harina de repostería.

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