A todos nos parece acertado definir la nata como un producto lácteo, rico en materia grasa, elaborado a partir de leche animal. Y sin duda, lo es. Pero esta definición genérica, se suele quedar corta, cuando vemos todas las clases de nata que se pueden encontrar en el mercado.
No hace mucho, nuestro compañero Pintxo, nos hablaba de las diferentes natas y sus clasificaciones: según el origen de la leche (vaca, oveja, mezcla); según la cantidad de grasa (doble nata, nata, nata ligera); según su consistencia (nata espesa, nata líquida); según su dulzor (azucarada o no).
Pues bien, aún nos queda por descubrir todo un mundo, las natas agrias o ácidas: las otras natas...
Bastante comunes en toda la Europa fría, las natas agrias son aquellas en las que los fermentos lácteos que contienen han provocado una acidificación del producto, dándoles un toque ácido o agrio muy característico. Para entendernos, y a riesgo de pecar de inexactitud, están a mitad de camino entre la nata normal (o dulce) y una especie de yogurt.
Se pueden encontrar en el mercado de todos tipos de consistencias, porcentajes de materia grasa y grados de acidez: desde la Panna Agra italiana, consistente y grasa; pasando por la Crème Fraîche francesa, cremosa, untable, deliciosa; la Smetana de los países eslavos; y hasta las más líquidas y ácidas: la Crema Agria, Soured Cream en inglés, o Saure Sahne en Alemán.
Todas ellas se pueden utilizar en la cocina en diversas elaboraciones dependiendo del grado de espesor y acidez que necesiten nuestros platos: excelente la Crème Fraîche para salsas, cremas, sopas, repostería e incluso para el desayuno untada en pan de centeno; y la crema agria, más líquida y ácida, ideal para aliños en ensaladas y salsas en platos de carne y pescado.
El mayor problema hasta hace poco era que no se comercializaban en España. Hoy, se puede encontrar Crème Fraîche en la mayoría de supermercados. Con ella, podremos elaborar un substituto eficaz para casi todas las otras: solo tendremos que mezclar con nata líquida si la queremos aligerar, o con un poco de yogurt si lo que queremos es agriarla un poco más. O las dos cosas. Ustedes deciden.
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