En casa siempre compramos aceite de oliva virgen. Para cocinar aceite de oliva virgen (salvo excepciones) y para aliñar y desayunar con tostadas, aceite de oliva virgen extra, AOVE (imaginad aquí muchos emoticonos relamiéndose). Desde que era niña, mi padre (enfermo crónico del corazón) nos ha dicho: "por la diferencia de precio siempre merece la pena comprar virgen extra". Y la verdad que no he hecho cuentas, pero Deoleo sí las ha hecho. Será que es líder en el sector y es su trabajo, pero efectivamente: la diferencia de comprar aceite de oliva virgen o aceite de oliva virgen extra, es de 9 euros al año, según ellos. Pero además nos advierten de que el aceite de oliva virgen extra pierde cuota de mercado. Nos cuentan cómo trabajan para que esto no suceda.
Carbonell y Hojiblanca son las dos grandes marcas de Deoleo, la empresa líder en el sector del aceite de oliva. Su botella Carbonell de aceite de oliva virgen extra es la botella más vendida del mercado español, según nos dice su director de marketing Francisco Rionda.
Según el último Informe de Consumo alimentario del Ministerio de Agricultura, las familias españolas compramos unos 6'2 litros de aceite de oliva virgen al año. Por tanto la diferencia entre usar aceite de oliva virgen extra y aceite de oliva virgen es mínima.
En total, y según el mismo informe, se gastan poco más de 22 litros de aceite por familia al año. Entre aceite de oliva virgen, aceite de oliva virgen extra, y otros aceites. Por tanto, si nos preocupamos por la salud, el ahorro no es tanto. Pero cada vez tomamos menos aceite de oliva.
El reinado de la marca blanca
Deoleo, nos reúne precisamente para hablarnos de que el consumo de aceite de oliva virgen y virgen extra ha descendido un 1 3% en la última campaña. Mientras que el aceite de girasol, ha entrado en un 5´5 de hogares nuevos (ellos son propietarios de Kolpe, marca que tiene aceite de girasol también).
Quién gana la batalla en los estantes del supermercado, en todo caso, es la distribución: El 65% de las ventas de aceite de oliva son de marca blanca. "El aceite de oliva virgen extra es un gancho en el supermercado, -comenta Pierluigi Tosato, CEO del grupo-, se está vanalizando el sector". Y no sólo porque el 40 % del aceite de oliva mundial se produce en nuestro país y genera riqueza. Más aún porque "es necesario que el consumidor sepa lo saludable que es el aceite de oliva frente a otros aceites de semilla", algo que suena especialmente preocupante cuándo Tosato nos cuenta que "el 95 % de los consumidores mundiales lo son de grasas cinco veces más baratas que el aceite de oliva".
Cuándo vives en España, y sabes que Andalucía es la cuna del aceite de oliva, sorprenden y no sorprenden los datos del estudio: las Comunidades Autónomas más consumidoras son Galicia, Castilla y León, Cantabria y País Vasco. Navarra, Murcia, Comunidad Valenciana y Extremadura las que menos.
España produce un 44 % del Aceite Virgen que se hace en el mundo. Aunque los "perfiles", que son las variedades de aceituna, pueden ser de distintos países. ¿La favorita en España? la picual madura, es el clásico aceite de Jaén, con cierto amargor. Un aceite al que estamos acostumbrados aquí, pero que no gusta a los alemanes ni a los italianos.
Nuevos aceites para distintos gustos
El trabajo de Deoleo estos años ha consistido en conseguir nuevos sabores que gusten más fuera y dentro, estabilizar las mezclas y mejorar los sabores que ya nos gustan en España. Para eso, hay esfuerzo extra en "toda la cadena de producción", según nos cuenta Rionda: con la almazaras, en la selección de los perfiles, en la realización de las mezclas... Para ellos es importante llegar al sumun. Su reto pasa porque compremos aceite de oliva virgen de marca (la suya claro), y no de marca blanca. Por eso han ido un paso más allá en el etiquetado. "Necesitamos comunicar mejor al consumidor lo que ofrecemos" nos cuentan sus directivos varias veces durante nuestro encuentro.
El resultado lo podemos encontrar ahora en las etiquetas de Hojiblanca que son francamente interesantes: se puede observar en la imagen cómo puntúan lo afrutado o picante de cada aceite. Según nos comentan el trabajo parecía una locura cuándo se propuso puesto que, además de garantizar que el aceite es virgen extra, las notas de cata que aparecen también tienen que ser avaladas oficialmente. Pero lo han conseguido y así cada consumidor puede buscar sus preferencias.
Y para comprobar estos sabores nuevos, hemos catado junto a Paula Barrocas, directora de Calidad de Deoleo, hasta cinco aceites con distintas notas. Y, pese a ser completamente novatos, el sabor se nota. Tosato nos comenta que es importante saber que además del sabor, en esos aceites lo importante para la salud son los polifenoles, más presentes en las marcas de calidad.
Despues de la cata, ya en la redacción, hemos hecho cuentas con distintos aceites. Hemos tomado los precios de dos webs de grandes almacenes en España. Si usamos el aceite de oliva suave (necesario en algunas recetas ojo) vs si usamos aceite de oliva virgen. Para 22 litros al año, la diferencia es de 7 euros en uno de estos comercios online y 5 euros en el otro.
Si nos vamos a pensar en nuestra deliciosa tostada de la mañana y al aliño de un buen tomate, imaginando que, como dice el informe de consumo alimentario, gastamos 6,5 litros al año, la diferencia entre los aceites más caros que hemos probado (un Hojiblanca D.O. Baena edición limitada -nada amargo, afrutado y delicioso-, o su nuevo aceite Carbonell Magna Oliva -con más de diez medallas-) y un aceite de oliva virgen extra de marca blanca, ronda efectivamente, los 9 euros al año.
Las cuentas, salen cuándo comparamos un aceite de oliva mediocre con otro de calidad (la diferencia del gasto anual de aceite de girasol al aceite de oliva ronda los 66 euros al año. Eso es así y en la cesta de la compra se puede notar en la economía familiar). Luego llegaremos a la estantería del supermercado y nuestro corazón podrá decir una cosa y nuestro bolsillo otra. Pero yo llevo años comprando aceite de oliva virgen extra y recordando el consejo de mi padre (que lleva viviendo más de 30 años con un corazón infartado).