Ahora va a resultar que uno de los alimentos medicinales más valorados del mundo y a lo largo de la historia, no es tal, dando un repaso a la información que corre por la red, te das cuenta (otra vez) de cuánta información incierta proporcionan, claro que no sabemos si la incorrecta es la de estudios anteriores o la del presente estudio.
A través del diario El Mundo conocemos un estudio publicado en la revista Archives of Internal Medicine que afirma que ni el ajo crudo ni los suplementos alimenticios elaborados a base de sus componentes activos contribuyen a reducir los niveles de colesterol “malo” (LDL).
Según dicen los investigadores de la Universidad de Stanford (EEUU), los estudios anteriores que brindaban este beneficio a los ajos habían sido realizados en laboratorio o con animales, pero eran trabajos limitados y dudosos en cuanto a si los efectos se podrían extrapolar a los humanos.
El doctor Christopher D. Gardner quiso conocer la diferencia de los efectos del ajo crudo y los suplementos a base de ajo en el tratamiento del colesterol, en su estudio contó con 192 voluntarios de 30 a 65 años con niveles moderadamente altos de LDL (130-190 mg/dL), que durante seis meses y seis días a la semana recibían su dosis, ajo crudo, suplementos o placebo.
Tras un seguimiento con analíticas periódicas de la composición del ajo, del suplemento alimenticio y de la sangre de los participantes en el estudio, comprobaron que ninguno había logrado reducir significativamente el colesterol “malo”, ni tampoco se percibió ningún cambio en los triglicéridos.
Después de todo, este investigador tampoco quiere dar la voz de alarma ni piensa que estos resultados puedan ser igual para todas las personas, ya que este estudio se realizó a personas con hipercolesterolemia moderada y puede variar según el estado de cada persona.
Nuestra humilde recomendación, seguir consumiendo ajos, porque buenos son, mantener un dieta equilibrada y control médico en caso de altos niveles de LDL y esperar nuevos estudios antes de lanzar las campanas al vuelo.
Vía | El Mundo Más información | Archives of Internal Medicine