Hace unos meses ya os contamos que el panga era el pescado más polémico de todos los tiempos a raíz de que varios supermercados decidieran no ofrecerlo entre sus productos, por poner en entredicho nuestra seguridad alimentaria. Pero, realmente ¿es malo? ¿se puede comer? Vamos a explicarte todo lo que debes saber sobre el panga.
Resulta chocante, como mínimo, que muchas veces hagamos ascos a según qué alimentos o recetas (concretamente estoy pensando en mis hijos), y en cambio nos sirven un pescado de sabor neutro, sin espinas pero muy bien de precio y lo aceptamos sin rechistar.
Si no hubiera sido por la polémica que estalló hace un tiempo relacionada con la calidad de las aguas de los ríos en las que se cría este pez y la presencia de elementos contaminantes en las mismas, lo estaríamos consumiendo tan tranquilos, porque ¿cómo vamos a pensar que un alimento que se comercializa no cumple con las condiciones necesarias de salubridad?
¿Se puede consumir el panga sin riesgo para nuestra salud?
Según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), dependiente del Ministerio de Sanidad, la calidad sanitaria del panga, así como el resto de los pescados importados a España, está asegurada, pues estos son controlados convenientemente por las autoridades sanitarias de los puestos de inspección fronterizos.
En estos controles, se realizan análisis de laboratorio para detectar si los alimentos tienen sustancias prohibidas o no autorizadas, en cuyo caso se rechazan inmediatamente. En última instancia, la UE puede prohibir las importaciones de un producto determinado.
La calidad sanitaria de los peces importados no solo está asegurada por control oficial en frontera, sino también por el de las Comunidades Autónomas quienes, a través de sus Consejerías de Sanidad, pueden realizar controles cuando el pescado está ya en los canales de comercialización en España.
¿Cuáles son las condiciones de producción?
No faltan voces que apuntan que la mala fama que se está dando al panga, no es otra cosa que una campaña de desprestigio liderada por los sectores pesqueros de los países afectados (principalmente España, pues somos el segundo país importador de panga, después de Rusia), pero el asunto es mucho más complejo de lo que parece, pues hay muchos aspectos negativos que rodean a este pescado, entre ellos:
La rapidez con la que crecen y engordan debido a su dieta alimentaria, a base de harina de pescado, soja, mandioca y vitaminas.
La elevada densidad de población de los criaderos de panga, lo que produce una mayor contaminación de las aguas donde se crían.
La administración de hormonas a las hembras de panga, para que pongan más huevos y aceleren el proceso de crecimiento y reproducción,
La alta presencia de contaminantes en las aguas de los ríos en las que se cultiva este pez (principalmente el Mekong, uno de los ríos con mayor grado de contaminación de Vietnam), entre las que destacan sobre todo mercurio y pesticidas varios, como señala un estudio realizado por la OCU.
El impacto medioambiental que produce su transporte por avión es 28 veces superior al de traerlo ultracongelado en un barco carguero.
Comer panga o no comerlo: esta es la cuestión
En España contamos con muchas variedades de pescados mucho más sabrosas que el panga y sobre las que no pesan tan alarmantes acusaciones de riesgo para la salud. Nuestra oferta de pescado es tan variada que no necesitamos recurrir al panga, aunque por supuesto, consumir uno u otros tiene que ser una decisión personal.
Lo importante es que los consumidores estemos informados de lo que realmente comemos y asumamos posibles riesgos con conocimiento de causa. Que sepamos que lo realmente preocupante del panga es su método de producción y las condiciones medioambientales y laborales en que se cría. No se trata de criticar la especie, sino que las condiciones en Vietnam tienen que mejorar mucho para venderlo en los países desarrollados.
En definitiva, ¿es peligroso comer este pescado? Se recomienda no consumirlo más de una vez por semana, y si se trata de niños no más de una vez cada dos semanas. Comprar panga es una decisión personal, pero si el consumidor opta por adquirirlo es importante que exija los certificados que acrediten que ha sido criado de forma sostenible.
Fotografías | Matana_and_Jes, Roger Ferre Ibáñez y Pawel Komarnicki En Directo al Paladar | ¿Qué estás comprando cuando compras pescado "fresco"?
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