En busca de un salmón más barato. Solución, el salmón transgénico

En busca de un salmón más barato. Solución, el salmón transgénico
Facebook Twitter Flipboard E-mail

Seguro que estas navidades muchos de vosotros habréis disfrutado del salmón. Especialmente del salmón ahumando, o de esos deliciosos bocados de lonchas de salmón rellenas de huevo hilado, o con alcaparras por encima. El problema con el salmón es que es realmente caro. Yo cuando veo una oferta de salmón ahumado por unos 15€/Kg suelo comprar. Es importante fijarse en los precios por Kg siempre, pero sobre todo en el Salmón, podemos tener dos paquetes de lonchas de salmón, uno al lado del otro, y mientras uno puede costar 15€/Kg, el otro puede llegar fácilmente a los 40€/Kg. Cuidado.

¿Y si pudiéramos tener un salmón más barato y que conservara las mismas propiedades? Eso es justo lo que pretende la compañía AquaBounty, con la comercialización del primer salmón transgénico. Veamos cómo.

El salmón transgénico ha sido registrado con la marca comercial AquAdvantage® Salmon (AAS) y tiene de especial que crece mucho más rápido que el resto de salmones (ver gráfica). La ventaja del salmón, para los que nos gusta, es que crece muy bien en cautividad, y eso permite que muchos lo podamos comer. Como he comentado alguna vez, lo de cazadores, pescadores y recolectores queda muy bien, pero igual que pasamos de recolectores a agricultores, y de cazadores a ganaderos, ya va siendo hora de que pasemos de pescadores, a piscicultores. De lo contrario, poco tendremos que pescar en el futuro.

Qué es el salmón trangénico

El AAS tiene un gen del Salmón Chinook o Real (Oncorhynchus tshawytscha), que le permite crecer el doble de rápido que uno normal. En concreto, un AAS puede llegar a 6Kg en menos de 2 años, mientras que un salmón normal tarda unos dos años y medio en llegar a 4Kg. Esto, obviamente, hace que en menos cantidad de tiempo, tengamos más cantidad de carne de salmón, y que potencialmente, a la larga, el precio pueda ser menor, y que más gente pueda comer más salmón.

En este caso, al salmón se le han insertado genes de otra variedad de salmón, y no de otra especie distinta, haciendo que exprese una hormona del crecimiento que produce este mayor crecimiento. En realidad, es lo que hemos hecho durante muchos años con las distintas especies vegetales o animales, solo que entonces lo hacíamos a ciegas, cruzando forzadamente distintas especies, esperando que el nuevo híbrido, tuviera unas determinadas características. Ahora, afortunadamente, sabemos ya lo que es el ADN y los genes, y podemos ahorrarnos mucho tiempo.

Los peligros podrían venir del hecho de que este salmón híbrido, el AAS, se escapara al medio, y desplazara a las poblaciones naturales de salmón, provocando desequilibrios en los ecosistemas. Para evitarlo, el AAS ha sido diseñado de forma que todos los ejemplares sean hembras, y que tengan tres cromosomas X, lo que las hace estériles. Como medida extra de precaución, su protocolo obliga a criar estos salmones en piscifactorías, completamente aisladas de corrientes de agua naturales.

CurvaSalmón

Muchos estaréis pensando, "sí, pero ¿y si se escapan?" Pues sí, hay riesgo, pero pensad por un momento lo que hicimos cuando empezamos con la ganadería o la agricultura. Introdujimos, completamente a ciegas, a varias especies en ecosistemas naturales como bosques, ríos, lagos, sin ni siquiera preocuparnos por las consecuencias. De hecho, lo seguimos haciendo, y es muy posible que estas navidades hayamos comido algún cangrejo de río americano, que afectó gravemente a las poblaciones de cangrejos autóctonos. A estos, nadie los controló. Algo que con los transgénicos es más difícil que ocurra, porque están mucho más controlados.

Sobre las patentes en la alimentación.

Quizá también estés pensando que no hay derecho a que una empresa cree un animal, lo patente y encima le ponga el horrible nombre de AAS. El caso es que cada día, comemos una gran cantidad e productos patentados sin saberlo, por ejemplo el tomate Kumato, o los Kiwis Zespri. No son transgénicos, pero sí que han sido obtenidos con técnicas de hibridación para seleccionar determinadas características de color y/o sabor. Técnicas que pueden incluir e incluyen, la radiación de semillas para provocar cambios aleatorios en el ADN, o el cruce entre, no ya especies sino géneros vegetales distintos que jamás se darían en la naturaleza, como las nectarinas o fresquillas. Por ejemplo, en el caso de los Kiwis, hacerlo por medios de cruzamiento clásicos, les hace tardar 10 años hasta lograr una nueva variedad.

De hecho, alguna organización ecologista ha vendido guisantes patentados por Monsanto en su propia página web, y que posteriormente retiraron. También es más que probable que hoy mismo te comas alguna que otra manzana patentada.

De momento, y puesto que los transgénicos están políticamente prohibidos para el consumo humano en la Unión Europea, no podremos disfrutar del AAS, si es que, finalmente, la administración norteamericana lo aprueba. Un proceso que, por cierto, lleva en estudio y observación por parte de la FDA desde 1995, hace casi 20 años. Hay que decir, que ya se considera seguro para el consumo humano puesto, y las dudas están más en su forma de producción. Esperemos que lo consigan y que podamos comer este excelente pescado, de forma sostenible, a menos de 10€/Kg en unos años.

Imágenes | Por Theaudiochick/,Por AquaBounty

En Directo al paladar | Pronto llegarán al mercado los salmones transgénicos o de laboratorio En Directo al paladar | Hamburguesas caseras de salmón con salsa de pepino. Receta En Directo al paladar | Falsos makis de salmón y aguacate con wasabi. Receta

Inicio