Todavía es común que haya confusión a la hora de distinguir el foie-gras y el paté, pero su composición es considerablemente distinta, así que conociendo cada uno de estos productos, estaremos más seguros de lo que queremos tomar.
El foie-gras se elabora únicamente con el hígado de ganso, de oca o de pato que se ha hipertrofiado por una excesiva alimentación, lo cual no quiere decir que esté enfermo. Las aves están inmovilizadas y sobrealimentadas y a diferencia del paté, el hígado de estas aves no se mezcla con carne ni con ningún otro ingrediente para elaborar el foie-gras, solamente es tratado con calor para higienizar el producto.
El paté se elabora a partir de diferentes ingredientes, condimentos y aditivos que también son tratados con calor, logrando la textura, el sabor y la consistencia deseada. El sabor del paté generalmente está caracterizado por el hígado que se utiliza, pero no por ello es el ingrediente que más abunda, pues se le añade carne de distintos animales (el cerdo es el más común), leche, harinas, especias y aditivos para conseguir la consistencia adecuada.
Los valores nutritivos de estos productos también son interesantes, pues al ser productos con un alto nivel en calorías, grasas saturadas y colesterol, debemos saber que hay que consumirlos moderadamente. Destacar que el foie-gras tiene hasta tres veces más colesterol que el paté, pero también tiene el doble de hierro. En cuanto a calorías, también son superadas por el foie-gras.
Cada día más elaboraciones gastronómicas cuentan con estos ingredientes en entrantes y aperitivos, si tu salud te lo permite, no te prives de ellos pero con moderación, tu paladar te lo agradecerá.
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