El Gobierno francés ha anunciado que la venta de huevos frescos criados por gallinas enjauladas, correspondientes al código 3 en el etiquetado europeo, se prohibirá a partir de 2022 en el país.
Así lo ha anunciado el ministro de Agricultura, Stéphane Travert, en una entrevista organizada por varios medios franceses, que ha recordado que se trata de un compromiso de la reciente campaña electoral que llevó a Emmanuel Macron a la presidencia.
En realidad, Travert solo adelanta unos años la transformación a la que se ha comprometido el sector en Europa, después de que las más grandes cadenas supermercados se comprometieran a dejar de vender huevos enjaulados en 2025. Al compromiso se han sumado cadenas francesas como Carrefour, Intermarché, Monoprix o Auchan, pero también las alemanas Aldi y Lidl, los que más avanzados van al respecto, y las españolas Mercadona o El Corte Inglés.
Hay que recordar que la medida solo afectará a los huevos de gallinas enjauladas que se comercializan para la venta directa al consumidor, pues estos seguirán produciéndose para la elaboración de otros alimentos procesados.
Renovarse (y pagar más)
Francia es el primer productor europeo de huevos. En 2015 despachó 14.700 millones de unidades. El 2017, el 68% de los 47 millones de gallinas ponedoras del Hexágono vivía enjauladas, el 25% en gallineros con acceso al exterior y el 7% se criaron en el suelo pero no al aire libre.
Estos porcentajes son muy inferiores a los de otros países europeos. En la Unión Europea, de hecho, la cría de gallinas en jaulas solo alcanza ya el 56 % y en países como Bélgica, Holanda y Alemania estos huevos son la excepción, no la norma, y están ausentes en gran parte de los supermercados.
Las normas para la cría de gallinas ponedoras se han ido endureciendo en la Unión Europea, y, dada la enorme presión de los grupos animalistas y las asociaciones de consumidores, es previsible que se siga legislando en esta línea.
Ahora bien. Si queremos gallinas que vivan en mejores condiciones debemos estar dispuestos a pagar más. El 1 de enero de 2012 entró en vigor una nueva regulación que obligó a adecuar las jaulas de las gallinas a unas nuevas exigencias, para que cada ejemplar disponga de al menos 750 centímetros cuadrados.
Fue entonces cuando se duplicó el precio medio de los huevos, al menos en España, pasando de los 0,96 euros la docena a 1,44 euros. En la actualidad, si optamos por huevos ecológicos el precio de la docena no suele bajar de los 4 euros.
La prohibición de la cría de gallinas enjauladas no está exenta de polémica, y no solo por el aumento del precio. Según las organizaciones ecologistas, las gallinas enjauladas viven apiñadas en espacios cerrados sin luz natural, lo que supone una crueldad intolerable, y consideran además que es peligroso para la salud humana, pues están más expuestas a enfermedades. Los productores insisten, al contrario, que las gallinas de granja son menos vulnerables al contagio procedente de aves silvestres. Ambos coinciden, en cualquier caso, en aceptar que los huevos de tipo 3 acabarán desapareciendo de los lineales tarde o temprano.
Imágenes | Juhan Sonin/Pixabay/Farm Watch
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