Hace unas semanas unos amigos viajaron a la India y volvieron cargados de especias de todo tipo: cúrcuma, mostaza negra, cardamomo, canela, pimienta, clavos… En un bonito estuche nos regalaron una pequeña cantidad de cada una de las especias y ahora estamos investigando con aquellas que nos resultan menos conocidas. El resultado ha sido unas Gambas al curry en leche de coco.
En esta receta hemos querido indagar sobre las hojas de curry o Murraya koenigii, que en la India se usan frescas, aunque en los mercados del resto del mundo es habitual encontrarlas secas, aunque así son menos aromáticas. Su fragancia es penetrante y con un sabor ligeramente picante, que se acentúa al freír o tostar las hojas. No hay que confundirlas con el curry en polvo o en pasta. Visualmente recuerdan mucho a las hojas de laurel.
Los Ingredientes: 400 gr. de gambas, 2 cebollas cortadas en medias lunas, 5-6 ajos, 1 trozo de jengibre, 6-8 hojas de curry, aceite de girasol, 2 cucharada de cúrcuma en polvo, 200ml. de leche de coco y sal.
La preparación: Para esta receta hemos utilizado un wok por mera comodidad, no es imprescindible para llevarla a cabo. En el wok calentaremos el aceite suficiente para dorar la cebolla, cortada previamente en finas rodajas. Debemos conseguir para esta cebolla la textura y color que requieren la mayoría de recetas de curry: un color tostado al que se llega después de rehogar durante 20-25 minutos a fuego medio.
Durante ese tiempo prepararemos la cúrcuma, es imprescindible tenerla a mano en el momento oportuno. Por otro lado, picaremos el ajo muy fino, y junto al jengibre rallado haremos una pasta.
Cuando la cebolla esté lista, añadiremos la cúrcuma y las hojas de curry, mezclando rápidamente. La cúrcuma tenderá a quemarse rápidamente, por lo que en no más de 15-20 segundos añadiremos la pasta que hemos hecho de ajo y jengibre. La humedad de la mezcla frenará la posibilidad de quemarse de la especia, durante un corto periodo.
De nuevo, teniendo escrupuloso cuidado con los tiempos, y antes de que el dorado del la pasta que hemos hecho se convierta en un tono más oscuro, añadiremos la leche de coco. La cantidad requerida la marcará lo que deseemos obtener finalmente. Si rebasamos alegremente el nivel de lo que ya tenemos en el wok, conseguiremos un plato más caldoso.
Después de mezclar la leche de coco, con todo lo que tenemos y a una temperatura no muy agresiva añadiremos las gambas. En 10 minutos lo tendremos. Un arroz aromático le va perfectamente.
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