La canela (Cinnamomum zeylanicum) es originaria de Sri Lanka y es una de las especias que se conoce más antigua. También se cultiva en Brasil, Birmania, Indonesia, Indias occidentales e islas del océano Pacífico, pero la mayor producción se encuentra en Sri Lanka seguida de las islas Seychelles.
El árbol de la canela, de hoja perenne, pertenece a la familia del laurel (Lauráceas) y se cultiva en países cálidos donde los inviernos no son fríos. Su altura puede llegar a 10 metros si es silvestre, pero si se cultiva se poda para facilitar la recolección.
La canela se extrae pelando y frotando las ramas, pues es la corteza interna, que una vez que se desprende se separa y se vuelve a pelar. Esta corteza se enrolla una dentro de otra formando barras de un metro de largo aproximadamente. Se deja fermentar y tras 24 horas, se separa la capa exterior y se deja secar la interna al sol. Durante el secado la corteza se enrolla formándose las conocidas ramas de canela. En el área gastronómica, es una especia muy recurrida sobre todo en postres, pero también otorga buenos resultados en elaboraciones saladas, como en la carne, ya que contiene un aceite esencial rico en fenol que inhibe las bacterias que estropean la carne.
Arroz con leche, natillas, bizcochos, carnes como el cordero, arroz e incluso algunas bebidas, son bendecidos siempre que se aromatiza con canela, además muchos la consideran una especia afrodisíaca. En rama o molida, la canela no puede faltar en tu despensa.
Además de su eficacia en la cocina tiene otras propiedades, es digestiva, estimulante, astringente, antiséptica y ayuda a combatir el resfriado. ¿Qué otras virtudes encuentras en la canela?
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