Muchas veces hemos disfrutado de un buen bistec de buey cocinado a la parrilla, es una carne con carácter, posee un sabor más fuerte que otras carnes y contiene un gran valor nutritivo.
Como norma general se le llama buey al animal bovino castrado que tiene unos tres o cuatro años, o en el caso de ser hembra, cuando no ha sido fecundada. Las diferencias que presenta esta carne son considerables, es mucho más roja, pastosa y compacta que la carne de ternera.
Es muy rica en proteínas y nos aporta una gran cantidad de aminoácidos esenciales que son necesarios para nuestro organismo. También posee una gran cantidad de sales minerales como el potasio, el fósforo o el magnesio y es muy rica en vitamina B12. Esta carne no es tan apreciada como la de ternera y es un error, ya que según la cocinemos nos proporcionará un gran sabor con el que disfrutaremos plenamente de un filete de carne fresco. Personalmente, simplemente hecho a la plancha nos encanta, en su sabor se encuentra la particularidad de esta carne y de esta manera es como mejor se saborea.
Si compras carne de buey, en el caso de que esté envasada, debes asegurarte que se especifique la procedencia de la carne, ya que dependiendo de dónde venga será más o menos gustosa.
A simple vista, esta carne debe presentar un color rojo muy vivo y nunca debe ser demasiado oscuro, elegir esta carne sin nada de grasa es un error, ya que un poco de ella contribuye a que el sabor sea inmejorable, su ausencia podría propiciar que al cocinarla pierda agua en exceso y se vuelva más dura.
Una observación, para que la carne sea más tierna y menos fibrosa, el corte juega un papel importante, éste debe estar realizado de forma perpendicular a las fibras musculares.
Nada mejor que un buen rosbif de buey bien cocinado para disfrutar de una sabrosa y deliciosa carne.
Más información | Villa de grado