Las papas o patatas son uno de los alimentos más utilizados en el mundo. Es originaria del continente americano y una de las guarniciones por excelencia en la comida de todos los días.
Hoy en día el mayor productor de papas es China. Y entre las novedades en su cultivo, en el sur del continente americano en los últimos años se ha logrado la producción de papas multicolores sin el uso de transgénicos.
Son una gran fuente de potasio y según estudios recientes, han descubierto que contienen unos químicos llamados kukoamines que ayudan a bajar la presión sanguínea.
A mi me gustan en cualquiera de sus preparaciones tradicionales, asadas, al vapor, en puré y por supuesto las apetitosas y no tan saludables papas fritas (french fries).
Estas últimas para que queden crujientes el secreto está en freirlas dos veces. La primera vez para que la papa se cocine a fuego lento. Una vez cocida se retiran del aceite y se ponen a escurrir y luego se vuelven a freir para dorarlas. Hay quienes también recomiendan pasarlas por harina antes de freirlas.
La versatilidad de la papa como ingrediente es inmensa y con ellas pueden preparase montones de platos.
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