Es una planta que se conoce hace siglos por sus grandes beneficios para nosotros. La alcachofa ya se consumía en el siglo IV antes de Cristo. Su cultivo empezó en Italia, aunque realmente nadie sabe cual fue su origen. Es un manjar que se puede comer hervido, frito o a la plancha, pero como más las disfruto son hechas a la brasa.
La alcachofa es capaz de regular disfunciones de la vesícula biliar y además estimula la secreción de bilis, ayuda a prevenir los cálculos biliares etc.
Contiene sales minerales como el potasio o el fósforo y cantidad de vitaminas como la A, la C, La E. Te recomiendo que la intruduzcas en tu dieta, porque además de sabrosa es uno de los alimentos básicos para nuestra salud.
Para hacerla a la brasa, basta con cortarle el tallo para conseguir una base, darle un golpe en la parte superior para que se suelten las hojas e introducir en su interior unos ajitos picados, aceite y sal.
Ásala y no te preocupes por que se quemen las primeras hojas, hay que desecharlas hasta dar con lo más tierno de la alcachofa. Con su corazón te chuparás los dedos.