Los frutos secos, un pequeño gran tesoro

A pesar de su pequeño tamaño, los frutos secos poseen un gran valor nutricional, son ricos en proteínas, vitaminas y minerales, por lo que son recomendados a cualquier edad. Los esteroles vegetales y la fibra ayudan a disminuir los niveles de colesterol y los ácidos grasos insaturados, también ayudan a controlarlo. También se recomienda añadir a nuestra dieta los frutos secos con el fin de prevenir enfermedades cardiovasculares.

Aunque son un alimento muy calórico y muchas personas prescinden de ellos por miedo a engordar, un estudio de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili de Reus publicado en la revista médica European Journal of Clinical Nutrition, parece que demuestra lo contrario.

La forma más saludable de consumir los frutos secos, son en crudo o tostados, preferiblemente con poca sal. Sin embargo, en el mercado podemos encontrar diversas presentaciones, fritos, con miel, etc. En estos casos, los frutos secos han pasado por procesos que disminuyen su contenido vitamínico y normalmente aumenta la cantidad de sal y grasas saturadas, por esta razón, estos deben consumirse muy de vez en cuando.

Avellanas, almendras, nueces, anacardos, pistachos, piñones, macadamias… personalmente nos gustan todos, lo difícil es contenerse una vez que empiezas. Además de ser un ingrediente muy utilizado en pasteles, galletas, chocolates y helados, cada vez se incorporan más en los platos salados, salsas y vinagretas, aportando texturas y un sabor exquisito.

En este enlace encontraréis variedad de recetas en las que intervienen los frutos secos, algunas de ellas por Ferrán Adrià. ¡Que disfrutéis!

Más información | Fundación Nucis

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